Arquitectura inca

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Arquitectura inca

El arte inca, supuso el momento terminante de un prolongado proceso social y político que se había comenzado varios milenios atrás. Más que una agrupación de manifestaciones innovadoras, sus expresiones artísticas supusieron una prolongación con las tradiciones previas, siendo las más elaboradas los textiles, la orfebrería, la obra en piedra y la cerámica. A partir de una experiencia local modesta, los incas realizaron un arte sencillo al que fueron integrando las técnicas y la habilidad de los pueblos ocupados. Respondiendo a las necesidades derivadas de un Estado tan complejo como el inca, sus expresiones artísticas se transformaron en un arma propagandística de una gran relevancia.

Características de la arquitectura

Al margen de las obras agrícolas, los incas extendieron una penetrante actividad constructiva que perseguía propósitos políticos, de conquista y de agrupación.

La arquitectura inca fue básicamente lítica, sin embargo con su pragmatismo se adaptaron en la costa a las formas convencionales de la construcción con adobe. Los paramentos de piedra se distinguen conforme la propósito de la construcción y el tipo de material empleado. Por ejemplo, los muros de corrales y de habitaciones campesinas se realizaban con piedra sin trabajar, superpuestas y ajustadas con piedrecillas; es la pirca. Se cubrían con techos a dos aguas de ichu, la hierba dura de la puna, sostenida por un armazón de palos.

Para la gran arquitectura se empleaban piedras seleccionadas y bien talladas. Para fortalezas se prefería el aparejo poligonal, trabajando cada piedra de manera individual para que sus ángulos encajasen perfectamente con los de sus vecinas. En las bases de estos muros aparecen legítimas piedras ciclópeas, de varias toneladas de peso, cuyo ejemplo más conocido es la fortaleza del Sacsahuamán.

Los palacios y edificios religiosos se hacían con piedras regulares, puestas en perfectas hiladas horizontales que presentan siempre un aspecto absolutamente liso al exterior. En los muros curvos el ajuste y la disposición de las piedras seguía siendo perfecto, sin haber el menor resquicio entre las mismas. El finalizado final se conseguía por frotamiento de arena humedecida. Un tipo de aparejo muy característico es el de piedras almohadilladas, empleado tanto para andenerías de cultivo como para edificios, que bajo la dura luz del altiplano produce un atrayente efecto visual.

Los edificios incaicos tienen además otra serie de peculiaridades peculiares que le confieren un estilo inconfundible. Los muros se hacían siempre con un ligero talud, que suministra un cierto aspecto macizo. Los vanos tienen forma trapezoidal y en el interior de las habitaciones aparecen nichos u hornacinas de la misma forma. A pesar de la magnificencia de los muros líticos, los tejados se techaban con madera, hasta el templo mayor del Cuzco se cubrió así.

Urbanismo

El urbanismo inca encuentra su mejor ejemplo en su capital: el Cuzco. Fue remodelada por Pachacutec Inca Yupanqui a mediados del siglo XV. La ciudad se estructura sobre la base de dos diagonales que se cruzan en la plaza central configurando así cuatro barrios. Del centro de la ciudad partían las rutas que conducían a las cuatro regiones del Imperio. En el norte dominaba la fortaleza del Sacsahuamán, donde residía el centro político-militar del Estado y cuyo plano se ha referido con la cabeza de un puma o de un halcón con las plumas erizadas, mientras que el resto de la ciudad sería el cuerpo del animal. La asociación del felino con el halcón se remonta a tiempos formativos y responde a una representación simbólica del espacio.

El otro gran ejemplo fue la ciudad de Machu Picchu, quizá la que ha generado más literatura. Se adhiere a una escarpada cima montañosa bajo la protección de un elevado pico, el Huayna Picchu. Se encuentra situada en una curva del río Urubamba, envuelta de precipicios que caen verticalmente. Terrazas, palacios, recintos sagrados, habitaciones, forman un impresionante agrupación que, pese a haber sido sometido a una feroz restauración turística, sigue conservando un aspecto imponente y majestuoso.

Como ejemplo impresionante en el que el urbanismo se conjuga con un imponente escenario natural es el de las andenerías de Pisac. Situada en una escarpadura rocosa perpendicular al valle del río Vilcanota, forma un grande agrupación de terrazas colgantes a gran altura, junto con palacios, fortificaciones, reservorios de agua y templos.

Los palacios cuzqueños son incontables y constituyen, hoy día, los cimientos de la ciudad colonial. Destaca igualmente en ellos la perfección y sobriedad de su construcción, reduciéndose los elementos decorativos a los tradicionales nichos y a algunas decoraciones en relieve de pumas y serpientes.

Arquitectura civil

La arquitectura civil gira en torno a las demandas del Imperio. Encontramos trayectos y calzadas para la rapidez de las comunicaciones y la movilidad de las tropas. Depósitos y almacenes desde donde se distribuía todo lo necesario para el correcto desenvolvimiento de la vida ordinaria.

Arquitectura religiosa

La arquitectura religiosa está representada por la huaca del Sol o Coricancha. Su recinto sagrado se encontraba delimitado por un muro con una especie de proa curvilínea. Encerraba una roca sagrada, el usnu, denominada por algunas fuentes el intihuatana, el lugar del Sol. Se le han atribuido funciones astronómicas, sin embargo parece sino que poseía carácter mágico-religioso por el que, a través del sacrificio, se ponía en relación la deidad solar con los seres humanos. Aún perviven parte de los edificios interesantes, entre los que destacan cuatro construcciones rectangulares, puestas dos a dos, siguiendo un perfecto eje de simetría y que, conforme los cronistas españoles del siglo XVI, estuvieron recubiertas de placas de oro y pedrería. El Coricancha era igualmente el mausoleo de los monarcas incas y allí se almacenaban las momias a las que su linaje rendía culto. Parece que en el exterior hubo un jardín artificial de oro en el que, conforme las descripciones españolas, los terrenos eran de oro fino, así como las mazorcas de maíz, el ganado e incluso los pastores que lo almacenaban. Actualmente el antiguo Coricancha se ha transformado en la iglesia de Santo Domingo.

Arquitectura militar

La arquitectura militar está representada por el Sacsahuamán. Esta antigua fortaleza estuvo formada por una serie de edificaciones de las que no quedan más que los cimientos, sin embargo de la que aún se preservan tres monumentales murallas que, de manera escalonada y siguiendo tres niveles, se enlazan amablemente configurando una imponente obra de defensa. Sus edificios revelan todo tipo de funciones, desde palaciegas hasta defensivas, pasando por las de almacenamiento. Debió ser un centro de poder desde el que el Inca, rodeado de una famaosa majestad, impartía órdenes a todos los confines del Imperio. Constituía el símbolo más importante del poder militar de los incas siendo, además, un lugar muy idóneo para refugiarse en caso de rebelión o invasión.