En la actualidad, la fotografía se ha desarrollado especialmente en tres ámbitos, al margen de otras consideraciones científicas o técnicas. Por un lado se hallan el campo del reportaje periodístico gráfico, cuyo propósito es captar el mundo exterior tal y como aparece ante nuestros ojos, y el de la publicidad. Por otro tenemos la fotografía como manifestación artística, con fines expresivos e representativos.
El reportaje entiende la fotografía documental y la de redacción gráfica, y por lo general no se suele manipular. Lo normal es que el reportero gráfico emplee las técnicas y los procesos de revelado indispensables para aprehender una imagen bajo las circunstancias existentes. A pesar de que este tipo de fotografía suele calificarse de objetiva, siempre hay una persona detrás de la cámara, que ineludiblemente selecciona lo que va a aprehender. Respecto a la objetividad, hay que tener en consideración igualmente la propósito y el uso del reportaje fotográfico, las fotos más reales, y quizás las más imparciales, pueden ser empleadas como propaganda o con propósitos publicitarios; decisiones que, en la mayoría de los casos, no dependen del propio fotógrafo.
Por el contrario, la fotografía artística es completamente subjetiva, ya sea manipulada o no. En el primer caso, la luz, el enfoque y el ángulo de la cámara pueden manejarse para modificar la apariencia de la imagen; los procesos de revelado y positivado se modifican en ocasiones para conquistar los resultados anhelados; y la fotografía es susceptible de conjuntarse con otros elementos para conquistar una forma de estructura artística, o para la experimentación estética.