Francisco José de Goya y Lucientes fue el hijo de José de Goya y de Gracia Lucientes. Comenzó a estudiar pintura en Zaragoza con José Luzán, y seguidamente en Madrid donde fue discípulo del pintor Francisco Bayeu. Contrajo matrimonio con la hermana de Bayeu en julio de 1773.
En 1770, viajó a Italia para continuar sus estudios, regresando al año siguiente a Zaragoza, donde fue contratado para pintar los frescos de la Capilla de Nuestra Señora del Pilar.
El trabajo que realizó tomó diez años. En 1775, viviendo en Madrid, pintó una serie de obras para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, siendo dirigida por el alemán Anton Raphael Mengs, uno de los exponentes del neoclasicismo.
Poco después, ganó una beca en la Real Academia de San Fernando de Madrid en 1780, siendo admitido con el cuadro «Cristo en la Cruz». Cinco años más tarde, se convirtió en director adjunto de pintura en la Academia y al año siguiente fue nombrado pintor de la corte del rey Carlos III, nominación confirmada por Carlos IV.
Él pintó los retratos del conde de Floridablanca (1783), de Carlos III, de Carlos IV, la reina María Luisa (1789) y otras personalidades. En 1787, pintó «La Pradera de San Isidro» y en 1799, «Casa de locos».
En 1792, cuando viajó por toda Andalucía cayó gravemente enfermo sufriendo sordera completa. En este viaje surgió una amistad con la duquesa de Alba, a quien retrató junto a su marido en 1795. En 1796-1797, Goya visitó, en estancias prolongadas, a la Duquesa de Alba y comenzó a producir una serie de grabados bajo el nombre de «Los Caprichos».
En 1808, el trono fue ocupado por José Bonaparte, hermano de Napoleón, emperador de los franceses. En diciembre de 1809, Goya juró lealtad a José Bonaparte; en 1811 recibe la medalla de la Orden Real de España. En ese momento hizo «Los desastres de la guerra».
Volvió a su posición en la corte de Fernando VII en 1814 y desaparecieron las sospechas de colaboración con el régimen de Bonaparte, con los cuadros «El dos de mayo» o la carga de los mamelucos» y «Disparos de la Moncloa», que muestra la fuerza de pueblo español.
Al año siguiente, la Inquisición, acusaría a Goya de obscenidad por las «Majas» («Maja vestida» y «Maja desnuda»), pero el pintor logró la purificación siendo restituido en la función de Primer Pintor de la Cámara.
Con la restauración del absolutismo, Goya se trasladó a Burdeos (Francia) en 1824, donde murió cuatro años más tarde.