Alhacén o Abū ʿAlī al-Ḥasan ibn al-Ḥasan ibn al-Haytham (965 – 1039) fue un matemático y astrónomo árabe nacido en el oeste de Basora, hoy Irak, considerado de nivel superior a Al-Biruni (973-1048) en física y matemáticas, y el primer en dar una contribución efectiva al a óptica después de Ptolomeo (85-165). Fue uno de los científicos más originales de su tiempo, dejando trabajos importantes en geometría, filosofía y medicina.
Le fueron atribuidas cerca de cien obras, la principal de las cuales fue traducida al latín en el siglo XII y fue finalmente publicada como Opticae thesaurus (1572), Tesoro de la óptica, que influyó en toda la óptica medieval y moderna. Este libro fue inspirado por la obra de Ptolomeo en reflexión y refracción y entre varios temas, describe la estructura del ojo, el aumento aparente de las estrellas en el horizonte, la duración del crepúsculo, reflejo del sol en los espejos esféricos, etcétera. Estudiado ampliamente y extremadamente influyente, fue el primer trabajo conocido que rechazó la teoría griega de que el ojo es el que enviaba rayos al objeto observado.
También realizó mediciones detalladas de los ángulos de incidencia y de refracción, espejos esféricos y parabólicos, estudió el oscuro la cámara y el papel de la lente en la visión. Mientras que los griegos tuvieron una buena comprensión de la formación de una imagen en un espejo plano, él trató de resolver un problema mucho más difícil: la formación de imágenes en espejos esféricos y parabólicos y sus posibles soluciones geométricas. A pesar de su alta producción científica, podría ser aún mayor si no fuera por su difícil relación política con el califa al-Hakim.
Habiendo proclamado ser capaz de regular las inundaciones del Nilo, estuvo a punto de ser ejecutado, huyendo de la sentencia capital simulando locura y permaneciendo como si fuese víctima de tal mal hasta la muerte de al-Hakim (1021). Probablemente el gran científico árabe murió en el Cairo, entre 1038 y 1040.