El primer motor propulsado por diésel fue desarrollado en 1895 por el ingeniero alemán Rudolf Diesel. El combustible utilizado fue totalmente de origen vegetal: aceite de cacahuete. Por tanto, el biodiésel es una sustancia utilizada desde el siglo XIX, pero con el tiempo, fue gradualmente reemplazado por gasoil, que tiene una mayor eficiencia.
Sin embargo, la investigación para la producción de biodiésel es cada vez más avanzada, ya que éste es un combustible alternativo para reducir el uso del petróleo, que tiene altos costes económicos, es una fuente no renovable y todavía resulta ser muy contaminante. En este sentido, las energías renovables aparecen como atractivas opciones para los consumidores y para la preservación medioambiental.
El biodiésel (ésteres metílicos de ácidos grasos) es un combustible renovable y biodegradable que puede obtenerse a través de procesos como el craqueo, la esterificación o la transesterificación. Las principales materias primas del biodiesel son: el girasol, el cacahuete, la soja, el ricino, el aceite de palma y las grasas animales. Ampliamente utilizado en el proceso de fabricación de biodiesel, la transesterificación consiste en una reacción química de una materia prima química con etanol o metanol, siendo estimulada por un catalizador.
Después de obtener el aceite (biodiésel), éste se puede utilizar puro o mezclado con diesel de petróleo, en proporciones variables. El combustible posee una denominación en función de la cantidad de biodiesel contenido, siendo el B10 equivalente al 10% y el B100 tomado como biodiesel puro. Los porcentajes más altos de los combustibles de biodiesel emiten menos gases de efecto invernadero durante la combustión. No obstante, debe haber un ajuste en motor del vehículo para recibir la sustancia con más del 20% de biodiésel.
Además de los beneficios ambientales, el biodiésel contribuye a aumentar el empleo en las propiedades rurales, reduciendo la migración rural-urbana (éxodo rural), es una fuente renovable, se puede obtener a partir de una serie de plantas oleaginosas, reduce la dependencia de fuentes de energía de origen fósil y es un excelente lubricante.
Pese a lo mencionado, hay contrarios a la utilización de biodiesel. Los expertos argumentan que las áreas para el cultivo de materias primas deben ser reemplazadas por plantaciones de alimentos para la población. Argumentan, además, que la intensificación de la utilización de este combustible puede causar daños diversos del medio ambiente: el agotamiento del suelo, la erosión, la deforestación, entre otros efectos. Otro grave problema planteado por los opositores es sobre el destino y el tratamiento de los residuos generados durante la producción de biodiésel.