Desde el siglo V hasta el XV, el mundo experimentó un período conocido como Edad Media. Durante este período, una institución que prevaleció en los derechos económicos, sociales y culturales de la Iglesia Católica. Guiados por la fe, los evangelistas religiosos organizaron expediciones (Cruzadas), tomaron el poder (Sacro Imperio Romano Germánico) y cometieron algunas atrocidades en el nombre de Dios, incluyendo entre ellas la Inquisición.
Se entiende por Santa Inquisición el juicio que la Iglesia hacía con el propósito de separar a los cristianos de los herejes. Cualquier persona que no aceptase las reglas impuestas, que desafiase el poder de la Iglesia o que no aceptase a Jesucristo como su salvador, sufriría acciones por la Iglesia. Consistió en un juicio en el que el acusado debía pedir perdón por sus pecados y recibir su sentencia, que en la mayoría de los casos iba a ser quemado vivo. El acto de pedir perdón fue conocido como el Auto de Fe.
El Auto de Fe era una ceremonia en la que los acusados estaban obligados a asistir, antes de su condena. El proyecto se iniciaba con un sermón, y poco después, los acusados tuvieron que pedir perdón por sus crímenes, sin derecho a defensa. Luego caminaron hacia un patio, flanqueado por los espectadores de todas partes del reino. En primer lugar aparecerían los reos que se salvarían de la hoguera. Justo después, caminaban los condenados a la hoguera con un símbolo en sus ropas de una llama hacia arriba. En último lugar, aparecerían los herejes, acusados que no aceptaron la salvación de sus almas o que, debido a la gravedad de sus crímenes, no recibieron el perdón. En su ropa tenía fotos de las llamas, serpientes y demonios. La ceremonia terminaba en las llamas del fuego. Los espectadores, en su mayoría aplaudían ante esta ceremonia.
En el año 2000, el Papa Juan Pablo II, máximo líder de la Iglesia en ese momento, pidió perdón por los crímenes cometidos por diversas instituciones, incluyendo los realizados por la Santa Inquisición.