Austria era un imperio compuesto por alemanes, húngaros, checos, eslovacos, polacos, rutenos, rumanos, serbios, croatas, eslovenos e italianos. Sólo el pueblo de Hungría tenía un gobierno.
Los húngaros y los checos eran la mayoría, y conscientes de su individualidad, pretendían alcanzar un reconocimiento imperial.
Los alemanes mostraron su descontento por el gobierno de Metternich. Estudiantes burgueses y trabajadores se unieron a los rebeldes, forzando la caída del canciller y la convocatoria de una Asamblea Constituyente. De igual forma actuarían los eslavos, dirigidos por Pack y convocando una reunión de eslavos en Praga.
El Congreso paneslavista se disolvió militarmente. Viena fue bombardeada y tomada, donde su formó un gobierno absoluto con la implantación de un férreo régimen de persecución política.