La tercerización (outsourcing, en inglés) es una práctica cada vez más utilizada por los empresarios para mejorar el desempeño de sus empresas, dejándolos libres para concentrarse en lo que es su especialidad. Es seguro decir que las empresas que usan adecuadamente la tercerización se beneficiarán de muchas ventajas, pues la práctica incrementa la creación de nuevas empresas, normalmente de tamaño pequeño o mediano, ocasionando el fomento del trabajo autónomo, provocando también el aumento en la oferta de mano de obra en el mercado laboral.
La idea de tercerización surge durante la II Guerra Mundial, cuando las empresas empezaron a producir armamento bélico con su capacidad productiva y quedaron sobrecargados con exceso de demanda. La solución fue delegar servicios a terceros, que podrían ser contratados para cuidar de la producción. Ya la externalización de mano de obra de carácter temporal se originó en los Estados Unidos, con la creación de la Manpower Inc., empresa proveedora de trabajos temporales y que actualmente posee más de quinientos escritorios distribuidos alrededor del mundo.
En varios países, la institución de la tercerización es regida por los derechos civiles, comerciales, administrativos y laborales. En la práctica diaria, las empresas se valen de varias formas de contratos de naturaleza civil, como la subcontratación o el contrato de arrendamiento.
Las actividades a ser subcontratadas por la empresa deben ser, necesariamente, apenas las subsidiarias, tales como tales como vigilancia, limpieza, seguridad privada, asesoramiento jurídico y contable, asistencia médica, recursos humanos, auditoría, suministro de alimentos a funcionarios, informática, seguros, área gráfica, entre otros. La ley tiene dificultad en reconocer la tercerización de la actividad final del emprendimiento, pues en ese caso la empresa estaría haciendo arrendamiento del propio negocio. Es importante mencionar que la tercerización no ha de confundirse con el contrato, pues en esta lo que interesa es el resultado de la obra. La tercerización tampoco debe confundirse con la subcontratación, pues en este caso el objetivo es el contratar a persona cuando la empresa afronta una excesiva demanda, necesitando aumentar momentáneamente la producción. En la tercerización, el contacto con la tercerización es permanente y no ocasional, apenas para atender el pico de producción.
Es necesario hacer una distinción entre tercerización ilícita y lícita y tercerización legal e ilegal. La tercerización legal o lícita sigue los preceptos legales relativos a los derechos de los trabajadores, sin fraudes en las relaciones de empleo y asegurando unas condiciones mínimas de trabajo. La tercerización ilegal o ilícita es la localización permanente de mano de obra, pudiendo dar lugar a fraude y perjuicio a los trabajadores.