A menudo surge la cuestión de si un hijo con asma puede o no practicar deporte. Esta pregunta es habitual para todos los padres preocupados por sus niños con esta afección.
Muchos niños evitan participar en actividades deportivas en la escuela porque son asmáticas y piensan que no pueden practicar deporte. Esa idea no corresponde a la verdad, porque el asma inducido por el ejercicio (ataque de asma, respiración sibilante, tos o sensación de presión en el pecho) puede ser prevenida y tratada.
Con la enfermedad bien controlada, cumpliendo con un plan adecuado para el control del asma realizado por su médico, un niño asmático puede practicar actividades deportivas que guste y debe ser animado a hacerlo.
La elección del deporte debe realizarse en base a los gustos del niño. La natación suele ser un buen deporte para los asmáticos, ya que existen muchos factores positivos, como el ambiente cálido y húmedo de la piscina y el entrenamiento de los músculos respiratorios.
En contraste, los deportes de larga distancia, sin paradas, como atletismo, ciclismo y deportes de invierno – que fuerzan a los pulmones a un trabajo pesado y continuo, muchas veces con aire frío – serán los que más podrán desencadenar una crisis de asma.
Montar a caballo también puede no ser el deporte más adecuado, puesto que hay un riesgo significativo de la sensibilidad a caballo u otros alérgenos presentes en el ambiente. En estos casos, es preferible orientar al niño a practicar otro deporte.
Sugerencias
La actividad deportiva es, por regla general, aconsejada en el niño asmático, excepto en el curso de una crisis, durante picos de contaminación o por indicación médica. La atención en el invierno a los días con temperaturas más bajas en que el aire está muy frío.
Si el niño es alérgico al polen, evitar hacer entrenamientos en el exterior durante las épocas polínicas, sobre todo, en días calientes y con vientos agitados. Evitar humor irritantes como el tabaco u olores activos.
La actividad física regular es beneficiosa, pero debe obedecer algunas precauciones:
- Precalentamiento previo progresivo de 10 a 15 minutos.
- Empezar y terminar el ejercicio progresivamente.
- Tomar, si está indicado por el médico asistente, medicación broncodilatadora, de 10 a 15 minutos antes del ejercicio, lo que irá a proporcionar entre 2 y 3 horas sin síntomas. Estos mismos medicamentos también son usados para aliviar los síntomas del asma y por ello es necesario tener consigo la medicación.
- Inspiración nasal con el fin de calentar y humedecer el aire inspirado (si tienes una nariz tapada o rinitis, la situación puede empeorar porque el aire inspirado pasará a través de la boca y la nariz).
- Si se experimenta cansancio no se debe parar súbitamente sino disminuir el ritmo.
- Aprender a manejar el estrés en función del estado respiratorio.
- En conclusión, el niño con asma no debe dejar de practicar un deporte que tanto le gusta. Si experimenta dificultad para respirar durante el ejercicio, deberá hablar con su médico para que le pueda aconsejar ejercicios y tratamientos preventivos. Con el entrenamiento apropiado, con control de la enfermedad, cumpliendo el plan establecido por el médico, el asma raramente es un obstáculo a la práctica de cualquier deporte.
- Y no olvidar que cuanto menos deporte el asmático practique, mayor y más precoz será el cansancio durante el ejercicio físico.