Lynn Perlman es psicoanalsita en Massachusetts, como su hermana gemela monocigótica. Ambos se especializan en el apoyo a los gemelos.
En una entrevista con una revista, especializada, la Dra. Perlman habla de su propia experiencia de gemelaridad. Según relata, siempre que se refiere al periodo anterior a la entrada en la universidad, utiliza el pronombre ‘nosotros’ – ‘nosotros éramos buenas alumnas’, ‘nosotros comíamos siempre en casa’, ‘a nosotros nos gustaba ir al cine’…Después de la entrada en la universidad, su discurso se modificó sustancialmente pasando automáticamente a utilizar el ‘yo’ en sustitución del ‘nosotros’.
‘La cuestión de la identidad,’ dice, ‘es un tema profundo y fundamental para los gemelos’. Todas tienen múltiples problemas para decidir, en un nivel profundo, si son individuos o si el grupo es el ‘individuo’ por así decirlo.
Según la experiencia profesional de Perlman, las reacciones de cada grupo de gemelos difieren ampliamente. Para algunos, ser separado significa ser menos que un individuo, mientras que juntos se sienten más fuertes que una sola persona. Para otros, la necesidad de estar solo significa el deseo de ser ‘otro’. Aún en otros casos, separarse genera ansiedad debido a la idea de que uno es ‘bueno’ y el otro ‘malo’, como si cada uno representase aspectos antagónicos de una misma personalidad.
El modo en que las personas en general observan a los gemelos no les hace más fácil la diferenciación, dado que en todos nosotros existe un deseo primordial de fusión con el otro, un deseo de nunca estar verdaderamente solos. Este deseo, de acuerdo a Perlman, explica la fascinación del ser relativamente al mundo de los gemelos, fascinación sentida por los propios gemelos todavía con mayor intensidad, resultante de la memoria de compartir de un mismo útero.
El pasaje en gemelos de un ‘nosotros’ a un ‘yo’ es esencial pero difícil, que se inicia a los seis meses de edad y continua por el periodo de la infancia, adolescencia y, a veces, de la edad adulta. La separación de identidades relativamente a alguien tan próximo es complicada, principalmente en el caso de los gemelos muy semejantes. Es interesante comprobar que entre los seis y los diez meses de edad, momento en que el bebe comienza a sentir que es un individuo separado y experimenta ansiedad ante extraños, los gemelos sienten esa ansiedad relativamente también uno hacia el otro, pasando por una fase en que se tiene dificultad en mirarse mutuamente.
La ayuda de los padres siempre debe ir en el sentido de relacionarse con cada niño como individuo o no como par o grupo. Pero no existen casos iguales. Algunos gemelos consultan a la Dra. Perlman para aprender a lidiar con traumas de separación demasiado precoces y con traumas de no separación. La psicoanalista aconseja a los padres observar atentamente a los hijos, en el intento de percibir cual será la mejor actitud y comportamiento a tener en cada momento en el desarrollo de sus gemelos.
