El problema del antisemitismo ha sido históricamente construido durante siglos. Para algunos, el origen del odio de los judíos se asienta sobre la cuestión de las diferencias religiosas que se han establecido entre los judíos y los cristianos en la Antigüedad. Incluso antes de que los judíos fueran perseguidos por las autoridades del Imperio Romano. La negativa de los judíos para incorporar algunos elementos de la cultura romana ha impuesto el desarrollo de una relación marcada por muchos conflictos.
En la transición de la Edad Antigua hasta la Edad Media, la lucha entre los cristianos y los judíos se basaba en una diferencia religiosa fundamental. Mientras que los cristianos reconocen a Jesucristo como salvador de toda la humanidad y el hijo de Dios, los judíos reconocen a Jesús como sólo uno de varios profetas que incluía la historia de su creencia.A lo largo de la época medieval, esta diferencia ha llevado a una serie de mitos que ridiculizaba a los judíos que vivían en Europa. Se les hizo responsables de la muerte de Jesús. A partir de esta primera acusación, varios otros actos criminales o desgracias de gran escala fueron atribuyéndose rápidamente a los judíos.
En la Baja Edad Media, en un momento en que Europa estaba experimentando un repunte de los negocios, muchos judíos se hicieron ricos a través del comercio de bienes y préstamos de decisiones. Además de esta cuestión económica, la degradación de los judíos en la época medieval también se relacionó con el desarrollo de las Cruzadas y las epidemias. En el proceso de formación de los reinos ibéricos, podemos ver que la Reconquista no sólo marcó la expulsión de los árabes de esa tierra, sino también la persecución o la conversión forzada de los judíos en “cristianos nuevos”. Con esto, quedaba claro el sentimiento de intolerancia.
Al llegar al siglo XIX, con exclusión de la situación de los judíos podría cambiar con la igualdad de protección propuestas por el pensamiento liberal. Sin embargo, vemos que esta misma época del liberalismo se ha visto acompañada por el desarrollo de las teorías raciales y nacionalistas.
La culminación de esta perspectiva se observó con el desarrollo del nazismo, sobre todo en Alemania. En medio de las heridas que imponía la crisis de 1929, Adolf Hitler y sus seguidores se comprometieron a divulgar la tesis débil que la crisis alemán relacionada con el papel económico desempeñado por judíos. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el antisemitismo se ve claramente en las atrocidades, abusos y violencia que sufren en los campos de concentración.