A lo largo del desarrollo de la República, nos damos cuenta de que las estructuras políticas establecidas en Roma generaron un grave desequilibrio político entre los patricios y los plebeyos. El primero ocupó los cargos públicos más importantes y tenían poder decisivo central en la aprobación de la mayoría de leyes; los plebeyos, incluso aquellos que hicieron fortuna en el comercio o se unían al ejército, experimentaban una participación en la vida política muy poco significativa.
A principios del siglo V a.C., esta situación de desigualdad motivó a varios plebeyos a organizar disturbios exigiendo sus derechos políticos. En esta primera acción, los plebeyos fueron a la colina del Aventino y amenazaron con no garantizar la protección militar de la ciudad. A través de la manifestación consiguieron estipular la creación de la magistratura de tribuno de la plebe con la que podrían vetar las leyes y las decisiones que iban en contra de los intereses de los plebeyos.
No limitándose a esta revuelta individual, nos encontramos con que los derechos políticos plebeyos fueron aumentando cada vez que se organizó un nuevo levantamiento. Alrededor del 450 a.C., se desarrolló una importante reforma legal en el que las leyes romanas serían registradas por primera vez por el uso de la escritura. De esa forma fue creada la Ley de las Doce Tablas, que consistió en el primer conjunto de leyes escritas responsables de los fundamentos esenciales de la ley romana.
En la medida en que algunos de los plebeyos se habían enriquecido, nos damos cuenta de que éstos cobraron una importancia política y económica cada vez más central en la vida de Roma. De este modo, varias familias patricias tenían interés en fortalecer los vínculos con los plebeyos enriquecidos a través del matrimonio. Por lo tanto, una nueva revuelta se produjo en el año 455 a.C. que legalizó el matrimonio entre patricios y plebeyos. A través de esta articulación, la aristocracia romana marcó un nuevo segmento con la creación de la clase nobiliaria.
En el siglo IV a.C., una nueva lucha política otorgaba a los plebeyos el derecho a competir por el cargo de cónsul para la aprobación de la Ley Licinia. A través de esta nueva ley, los dos cónsules elegidos en Roma debían pertenecer a diferentes clases: uno debía ser plebeyo y el otro aristocrático. Décadas más tarde, los plebeyos podían abolir la esclavitud por deudas con una nueva rebelión que ganó la aprobación de la Ley Poetelia Papiria.
Con la aparición de todos estos cambios se observa que los plebeyos lograron mejorar situación a través del tiempo. Las diferencias que antes mostraban Roma como un escenario político aristocrático terminaron por equilibrarse y, en cierto modo, se acercó a una situación más democrática y justa. Poco a poco, esa organización política sería decisiva para que Roma alcanzase la conquista de nuevas tierras con un ejército bien organizado.