Estructura atómica del amoníaco
Algunas sustancias cuando no se encuentran en cantidades suficientes en la naturaleza, deben ser sintetizadas para satisfacer la demanda, este es el caso del amoníaco que se encuentra entre las cinco soluciones más producidas en el mundo. El amplio uso de amoníaco siempre estuvo presente desde 1913, cuando el primer reactor utilizado para la síntesis del amoníaco comenzó a ser utilizado.
Uno de los más importantes usos del amoniaco es como fertilizante del suelo, que vino a la prominencia cuando comenzó la crisis alimentaria mundial. Hasta finales del siglo XIX sólo se tenía el nitrógeno en su forma natural: los depósitos de nitrato de potasio (KNO3) y el nitrato de sodio (NaNO3). Es entonces cuando dos científicos alemanes: Fritz Haber (1868-1934) y William Carl Bosch (1874-1940), comenzaron sus estudios sobre el amoníaco y propusieron una síntesis. La síntesis del amoníaco estipulada por estos científicos pasó a denominarse proceso de Haber-Bosch y consiste en una reacción entre el nitrógeno y el hidrógeno para producir amoníaco.
Ecuación de proceso de la síntesis del amoníaco:
N2(g) + 3 H2(g) ↔ 2 NH3(g)
∆ H = -92,22 Kj
Esta síntesis se lleva a cabo en las condiciones de 250 atmósferas (250 atm) de presión y una temperatura alrededor de 450 ºC. Y lo mejor es que la síntesis del amoníaco por el proceso de Haber-Bosch es económicamente viable y por eso sigue siendo utilizada hasta hoy.
Reactor utilizado en la síntesis de amoníaco
Uno de los usos del amoníaco, además de la aplicación como fertilizante, se orienta a la producción de explosivos, que también fue descubierta por Fritz Haber. Todo porque cuando se oxida el amoníaco produce ácido nítrico, componente esencial para la obtención de pólvora.