Alotropía significa “diferente” en griego (el término fue acuñado por Jöns Jacob Berzelius), y en la química fue la palabra usada para referirse a la capacidad de un elemento químico para generar otra sustancia química diferente.
Por ejemplo, el oxígeno es un elemento químico. Puede organizar los átomos de oxígeno (O) para formar sustancias diferentes. O2 es el gas de oxígeno que los animales utilizan en la respiración celular y también para quemar (combustión), y también existe el O3, que se llama el gas ozono, responsable de proteger la Tierra de los rayos ultravioleta del Sol.
El fósforo tiene muchas variedades alotrópicas tales como el fósforo blanco (P4) y el fósforo rojo (P4) n. Otro ejemplo es el carbono (C). Sus átomos se pueden encontrar en varias formas diferentes, teniendo así diferentes sustancias.
El diamante y el grafito son sustancias simples formadas sólo por carbono. La gran diferencia es la forma en que los átomos se arreglan en las moléculas. El grafito es la forma más estable del carbono, ya que los diamantes sólo se logran con temperaturas y presiones muy altas. Incluso es posible transformar el grafito en diamante en el laboratorio, pero el costo sería mucho mayor que los beneficios de la creación de diamantes. Entonces podemos decir que el grafito y los diamantes son formas alotrópicas de un mismo elemento químico (de carbono).