El desarrollo de la economía europea y la centralización del poder real estaba estrechamente relacionadas durante esta época donde los monarcas imperaban a lo largo del globo terráqueo. Las razones que justifican estos hechos se deben a la economía de mercado que dio lugar a una nueva clase social: la burguesía.
Los burgueses podían darse el lujo de competir con los aristócratas de la superioridad política, y el debilitamiento de la nobleza feudal permitiendo mejores condiciones para la centralización monárquica y facilitando el ascenso y acceso económico a nuevas esferas sociales.
El interés de los comerciantes fue la centralización del poder político, ya que con este sistema sería posible la uniformidad de la moneda, pesos y medidas, llegando a la eliminación de las barreras múltiples en el país que condicionaban a la burguesía hacia una expansión exterior.
