El ajedrez es un juego originario de la India (o, según otras fuentes, de China) del siglo VI. Se propagó sucesivamente por Japón, Rusia y Persia (actual Irán), habiendo llegado al Mediterráneo con las invasiones árabes y de ahí habiéndose difundido por Europa. A lo largo del tiempo, las reglas y el aspecto del juego fueron sufriendo alteraciones, hasta fijarse en aquellas que conocemos actualmente. De cualquier forma, la concepción básica se mantuvo inalterada: se trata de un juego de inteligencia y estrategia que representa dos ejércitos en enfrentamiento.
El ajedrez es un juego para dos jugadores. Cada uno tiene 16 piezas que se mueven en un tablero cuadrangular que consta de 64 casillas que alternan de color (tradicionalmente, blanco y negro) entre sí. También las piezas de los jugadores son de colores diferentes: uno juega con las blancas, el otro con las negras. Los jugadores colocan sus piezas, en el inicio de la partida, en las primeras filas extremas y contrarias del tablero. En la retaguardia quedan cinco modalidades de piezas: rey, reina, torre, alfil y caballo. A la vanguardia se sitúan los peones, de menor rango. El movimiento de las piezas se hace conforme a reglas variadas. Hay piezas que solo pueden avanzar una casilla de cada vez, otras que solamente pueden andar en diagonal, otras que poseen una mayor posibilidad de movimiento. El juego se desarrolla alrededor del rey. El objetivo es colocarlo en una posición en que sea posible escapar a la captura.
El ajedrez actualmente se organiza como deporte. La Federación Internacional de Ajedrez es la organización que controla todos los eventos relacionados con la modalidad deportiva, y también puede revisar y dar nuevas interpretaciones acerca de las reglas del juego. Se reúnen en congreso cada año y supervisa el torneo internacional de ajedrez y los campeonatos del mundo. Uno de los campeones del mundo más conocidos de este deporte es Garri Kímovich Kaspárov.
