El planeta se enfrenta a enormes problemas relacionados con la escasez de agua. En este siglo, según varios investigadores, la falta de agua será uno de los mayores problemas que la humanidad va a enfrentar.
La mayor parte de la Tierra está compuesta de agua, sin embargo, el porcentaje de agua potable es demasiado estrecho para proporcionar las condiciones para el consumo. La razón es que una gran parte del agua existente es salinizada, otras son contaminadas y el resto permanecen heladas, en el subsuelo, suelo o atmósfera.
Gran parte del agua contenida en la superficie terrestre está bajo tierra, es decir, son aguas subterráneas; otra gran mayoría se encuentra en los ríos, los que presentan el agua dulce para consumo en los seres humanos y otros seres vivos.
Las aguas subterráneas se identifican de dos formas: la primera llamada de zona no saturada, donde el agua se encuentra dispersa entre el aire, suelo y rocas; la segunda es denominada de zona saturada, en este caso el agua se almacena en gran cantidad, forman una especie de río subterráneo.
En esta clasificación, hay dos tipos de aguas subterráneas: el freático y el artesiano. El primero está localizado en la zona no saturada, se da en lugares cercanos a la superficie y, por tanto, son más propensos a sufrir contaminación. El segundo se da en la zona saturada, alejado de la superficie y, debido a estas características, es necesaria la construcción de pozos para extraer agua de estos lugares.