La sociedad que estudia, trabaja, contribuye y mantiene el Estado, requiere de los administradores públicos para administrar bien el público. Sin cometer redundancias, los administradores en el sector público se orientan al patrimonio público para el pleno funcionamiento de los servicios prestados a la sociedad y para su debida organización.
Se encarga de la parte financiera, controla la entrada y salida de capital y tratan de rentabilizarla evitando gastos innecesarios de fondos públicos. Cuidan también de la gerencia de operaciones para que todos los materiales, instalaciones y mano de obra sean adecuados al atendimiento debido a la sociedad.
Es necesario recibir una formación titulada en educación superior en administración de empresas o de administración pública para ocupar el cargo. En el sector público se puede actuar en varios sectores: hospitalario, rural, industrial, educacional, financiero, obras públicas…
El mercado de trabajo se centra principalmente en los departamentos de servicio público y oficinas del Estado. La taquilla requiere provisión de las ofertas y la aprobación para la contratación.
La sociedad actual exige de las autoridades y de sus respectivos administradores públicos capacidad y conocimiento en varias disciplinas de acción social y, sobre todo, honestidad con los fondos públicos.
