Los administradores son aquellos profesionales a los que cabe la planificación, organización, gestión y la orientación del uso de recursos tecnológicos, humanos y financieros, de las personas jurídicas con el fin de encontrar soluciones para todo tipo de problemas administrativos.
Por lo tanto, es el administrador o gerente quien planifica actividades, crea, organiza los métodos de trabajo correctos de los diversos sectores de la empresa, asegura el flujo de información de manera perfecta y calcula gastos para diversos procesos. Su objetivo es evitar problemas de comunicación, es decir, que la empresa trabaje con el número correcto de colaboradores, identificar dónde suceden y los motivos de aquellos gastos innecesarios, hechos que pueden generar pérdidas a la producción y consecuente déficit presupuestario para inversiones y mantenimiento de personal.
Este profesional puede actuar en las siguientes áreas:
- Administración: organización y dirección de una empresa en todas las áreas.
- Producción: controla la entrada y salidas de suministros, así como los costos involucrados en el proceso de producción.
- Recursos humanos: selecciona, capacita y admite colaboradores, determina las políticas de carrera, salarios y beneficios.
- ONGs: aplicación de los recursos captados en proyectos educacionales, sociales y ambientales.
- Finanzas: mercado de valores, mercado de capital, aplicaciones e inversiones de la empresa.
- Administrador de cooperativas: supervisión y seguimiento de los recursos, más allá de la correcta distribución de los derechos entre los cooperados.
- Comercio exterior: importaciones y exportaciones, balanza comercial y derechos de aduana.
- Comercialización o marketing: trabaja con el mercado realizando estudios de mercado, orientando la publicidad, el lanzamiento y la venta de terminado producto.
- Contraloría: técnicas de organización, contabilidad, auditoría, economía, dirección y métodos administrativos.
Entre las características deseables que debe tener el administrador de negocios se incluyen: sincronización y sentido de responsabilidad; objetividad; iniciativa; sentido de prioridades; emprendimiento; capacidad de mediar los posibles conflictos; capacidad de trabajar en equipos y liderarlos; pensar y actuar con calma (incluso bajo presión); confianza en sí mismos; capacidad de planificación; toma de decisiones; negociación; capacidad de organización y de resolución de problemas prácticos y dinamismo.