La acumulación primitiva es un concepto creado por Karl Marx para describir la génesis histórica del capitalismo. Adam Smith llamó al fenómeno de ‘previous accumulation’.
La llamada acumulación primitiva se aborda en el capítulo 24 (la penúltima) del libro 1 de El Capital.
Según Marx, el origen del modo de producción capitalista no está vinculado a una racionalización pura y simple de la división del trabajo social, sino a un violento proceso de expropiación de la agricultura familiar, artesanal, campesina, corporativa, etc., que separaba el productor directo de sus medios de producción y formó enormes masas de indigentes y desempleados, en realidad una voluminosa reserva de fuerza de trabajo libre y disponible para ser comprada, el proletariado; por otro lado, la explotación de las colonias ultramarinas a través de saqueos, especulación comercial, tráfico de esclavos y monopolios mercantiles propiciaron enormes oportunidades de enriquecimiento para una parcela de la burguesía. Siendo así, estos fenómenos históricos generaron las dos clases antagonistas de la sociedad industrial capitalista, la burguesía y el proletariado.
Los capitalistas se vieron favorecidos de formas no típicas típicas del capitalismo. Había una ley que congelaba el valor de las tierras de la nobleza y así, pasadas muchas décadas, la nobleza se debilitó ya que subía el precio de lo que consumían mientras que su rentaba continuaba la misma. Así era expropiados los nobles y sus siervos (no confundir con la clase trabajadora libre) que se transformaban en burgueses (clase sin títulos de privilegios pero de poder basado en la propiedad sobre los medios de producción) o proletariados (clase trabajadora libre para negociar, pero también libre, desposeída de los medios de producción).
Esta acumulación primitiva de los capitalistas emergentes se dio incluso sobre otros que también podrían volverse capitalistas, en las intrigas entre los artesanos y sus corporaciones, unos artesanos se enriquecieron a costa de otros artesanos que perdían sus medios de trabajo. Así, los que perdían se quedaban apenas con la fuerza de trabajo y vivían empleados, y los que ganaban conseguían acumular recursos para nuevas inversiones, además de perder sus negocios para capitalistas más poderosos.
Con el advenimiento de la Revolución Industrial, la acumulación primitiva se convierte en la acumulación capitalista