Acné: al alimentarse de la secreción formada por la obstrucción de los conductos secretores de las glándulas sebáceas de la piel, como la Propionibacterium acnes libera ácidos grasos que causan inflamación, que puede dejar manchas en la piel del individuo afectado. Limpiar bien la piel, utilizando antisépticos, puede prevenir esta incidencia; y el uso de antibióticos tópicos u orales, juntados a este método citado, pueden aliviar o, de hecho, eliminar los síntomas.
Ántrax: causada por el Bacillus anthracis, el individuo puede contraer esta enfermedad por la manipulación de productos animales infectados, como lanas y cuero, y más raramente, por la ingestión de carne de estos, inhalación de esporas y picaduras de insectos, hematófagos contaminados. Puede causar úlceras con tejido necrótico, en el caso de contacto cutáneo; complicaciones respiratorias, cuando la infección se dio por esta vía; o complicaciones intestinales. En muchos casos, puede ser fatal, en caso de no ser tratado de forma precoz, con antibióticos administrados por el médico. Personas que viven en situación de alto riesgo, como científicos de laboratorio, pueden hacer uso de la vacuna preventiva.
Botulismo: encontrada en conservas y alimentos enlatados mal procesados, la Clostridium botulinum, libera una toxina que causa temblores, vómito y parálisis muscular, pudiendo llevar al individuo a óbito por parada respiratoria. Para evitar esta enfermedad, es necesario un cuidado especial al escoger y consumir alimentos, como por ejemplo, evitar aquellos cuya lata se presenta estofada – característica esta que puede indicar la presencia de la bacteria viva, liberando gas carbónico por el proceso de fermentación.