Los avances tecnológicos han contribuido al dinamismo de las matemáticas, cálculos complejos se resuelven en cuestión de segundos con la ayuda de las computadoras y el software matemático desarrollado por el hombre. La calculadora como los objetos están presentes en la vida cotidiana, ayudando a las operaciones básicas: suma, resta, multiplicación, división, potenciación y radicación.
Las líneas de la historia están llenas de muchos descubrimientos con el fin de estimular los estudios matemáticos. El ábaco es considerado como uno de estos descubrimientos. Hay informes de que los babilonios usaban un ábaco de piedra lisa construida alrededor del año 2400 a.C. Las evidencias de la utilización del ábaco en la India, Mesopotamia, Grecia y Egipto son sorprendentes. Su aparición está ligada al desarrollo de los conceptos del conteo.
En la Edad Media, el ábaco fue utilizado por los romanos para llevar a cabo los cálculos. El uso del instrumento por chinos y japoneses fue de gran importancia para su desarrollo y mejora.
El ábaco es un objeto de madera con barras rectangulares en posición horizontal. Las barras representan las posiciones de los decimales (unidades, decenas, cientos, miles, de unidades, miles, decenas de miles, cientos de miles, millones de unidades). Cada barra es compuesta por diez bolas. Las operaciones se realicen de conformidad con el sistema posicional, el ábaco no resuelve los cálculos, simplemente contribuye a la memoria de posición, mientras que los cálculos se hacen mentalmente.
La aprehensión de este principio de posición de manejo del ábaco puede ayudar al estudiante a comprender mejor el sistema de numeración y sus técnicas operacionales, por lo que es una herramienta indispensable en la enseñanza de la cuenta y las operaciones básicas dentro de la educación básica.