Ni a picaro descalzo, ni a hombre call…

    0

    Ni a picaro descalzo, ni a hombre callado, ni a mujer barbada, no le des posada.
    Al primero, porque carece de medios para pagar el alojamiento; al segundo, porque esconde sus verdaderas intenciones, y a la tercera, por resultar desagradable su aspecto varonil. En sentido general, este refran aconseja observar cautela antes de dar alojamiento a toda persona extraña.