Reconstrucción del Palacio de Darío I
¿Sabías que la región donde hoy se localiza Irán tenía como sus primeros habitantes a los pueblos conocidos como medos y persas? Estos pueblos de Asia Central llegaron a la región ubicada al este de Mesopotamia alrededor del 6.000 a.C. y después de un largo tiempo de esta llegada construyeron uno de los mayores reinos de la Antigüedad Oriental.
Los primeros en dominar la región fueron los medos, creando el Reino de Media, que tuvo como principales monarcas a Dejoces (728-675 a.C.), Fraortes (675-653 a.C.), Ciaxares (653-585 a.C.), que se alió al Reino de Babilonia y anexó el Imperio Asirio. A pesar de haber sido un reino regional fuerte, los medos fueron dominados por los persas cuando Ciro I destronó al sucesor de Ciaxares, y fundió el Reino de Media al nuevo Reino Persa de la dinastía aqueménida. Ciro I emprendió las primeras expansiones del Imperio Persa, extendiéndolo en el este de Asia Menor a la costa mediterránea, en Occidente, y hasta la India, en Oriente.
Ciro I consiguió conquistar y mantener muchos pueblos bajo su dominio, principalmente por respetar las diferencias religiosas dentro del reino y por aliarse con las élites de esos pueblos. Otro célebre rey de los persas fue Darío I, que llevó al Imperio Persa a su apogeo.
Además de mantener el respeto por la práctica de religiones diferentes dentro del Imperio, Darío innovó en la administración al adoptar algunas medidas. Dividió el Imperio en 20 provincias llamadas satrapías, gobernados por sátrapas, que pagaron impuestos al emperador según la riqueza sostenida. Colocó también una tropa en cada satrapía para vigilarlas, evitando la concentración de poderes en las manos de los sátrapas. Para conseguir mantenerse informado sobre lo que ocurría en el reino, Darío I creó el primer sistema de correos del que se tiene noticia, construyendo para ello carreteras que comunicaban las ciudades-sedes del reino a las satrapías.
Ciro I ejercía también control en las administraciones regionales con el uso de inspectores especiales, a los cuales llamaban los ojos y oídos del rey, que lo informaban sobre las reclamaciones y solicitudes que tenían los gobernados y gobernadores. Creó un sistema de impuestos y estimuló el intercambio comercial con la adopción de una moneda de oro como medida de este comercio, el dárico (darayaka, en persa antiguo). Esta moneda se convirtió en la primera moneda internacional confiable y aceptada en el mundo antiguo, aunque las monedas regionales continuaron siendo utilizadas.
El Imperio Persa intentó derrotar y conquistar Grecia durante las Guerras Médicas, siendo Ciro I derrotado en la famosa Batalla de Maratón. Su hijo, Jerjes I, también probó suerte en el campo de batalla contra los griegos, siendo igualmente vencido, marcando con esa derrota el declive del Imperio Persa en la Antigüedad. Su desintegración fue completada cuando, debilitados por conflictos de las poblaciones subyugadas con el gobierno central, Alejandro Magno conquistó definitivamente los territorios persas en el 330 a.C.
Además de las innovaciones administrativas, los persas destacaron por sus artes, con su monumental arquitectura exhibida en palacios y jardines y esculturas decorativas. En la religión desarrollaron el zoroastrismo, pautado en la concepción religiosa del bien y del mal cuyos pecados serían salvados cuando viniese el mesías. Los principios de la religión se encontrarían en el libro Avesta, escrito por el legendario Zoroastro o Zaratustra. Con la llegada del islamismo a la región, el zoroastrismo perdió muchos de sus seguidores.
Sin embargo, otras religiones se desarrollaron en Persia, como el mitraísmo, que sobrevalora el bien, la vida después de la muerte y la reserva del paraíso para los justos, con una moral religiosa rigurosa. La divinidad del mitraísmo, Mitra, habría nacido el 25 de diciembre, siendo esa concepción religiosa anterior al cristianismo. Existía también el gnosticismo, que buscaba el conocimiento total a través de la gracia divina, y el maniqueísmo, con un origen religioso basado en el dualismo, colocando la luz contra la oscuridad.