Se engaña quien piensa que la sal es solo aquello que encontramos en nuestra cocina en la forma de cloruro de sodio (NaCl). Existen una infinidad de sales de forma artificial o libre en la naturaleza, listas para ser utilizados en las más variadas aplicaciones. Veamos las sales más conocidas. Conozcamos las sales más conocidas:
Carbonato ácido de sodio (NaHCO3): mejor conocido como bicarbonato de sodio o bicarbonato de soda, es una sal ácida que reacciona con agua liberando CO2 y produciendo NaOH. Aplicación: en efervescentes que combaten la acidez estomacal, fermento para pasteles y extinguidores de incendio.
Carbonato sódico (Na2CO3): popularmente conocido como soda cáustica, se utiliza en la fabricación de jabón, detergentes, pulpa y papel. También es empleado en centrales de tratamiento de agua y en piscinas como neutralizante de la acidez del agua.
Nitrato de potasio (KNO3) y nitrato de sodio (NaNO3): también conocidos como salitre, ambos se emplean como conservantes de embutidos de carne (jamón, salami, mortadela, carne asada).
Carbonato de calcio (CaCO3): sal blanca sólida insoluble en agua, tomada de la piedra caliza, calcita o mármol. También se encuentra en cáscaras de huevo, en las perlas y en los arrecifes de coral. Es aplicado en la fabricación de cemento, vidrio, cal, entre otros. Esta sal tiene un uso importante en la agricultura, siendo utilizado para corregir la acidez del suelo.
Fluoruro de sodio (NaF2): sal que colabora en la formación del esmalte dental, aumentando la resistencia a la caries. En razón de tal función, se utiliza en dentífricos y enjuagues bucales.
Sulfito de sodio (Na2SO3): sal cristalina sólida utilizada en la conservación de alimentos, azúcar refinado y proceso de blanqueamiento de papel sulfito.