El planeta Tierra tiene un área de tierra de aproximadamente 510 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales están ocupados el 70,7% de los océanos. Esta gran masa de agua se formó hace alrededor de 4 mil millones de años, a través de la condensación de los vapores de las aguas de la atmósfera que alcanzaron la superficie terrestre en forma de lluvia.
La topografía de la Tierra hizo que las masas líquidas se desplazasen hacia los terrenos más bajos, constituyendo, de esta manera, los océanos. La sal, característica prominente de los océanos, es procedente de las erupciones volcánicas que expulsaron las sales de las profundidades terrestres y, al llegar a la superficie, fueron arrastradas por el agua de lluvia hacia los océanos.
Este entorno es de importancia fundamental para el mantenimiento de la vida en el planeta, ya que regula la temperatura, influye en el clima, produce oxígeno, además de albergar el 80% de las especies de vida en la Tierra. En el aspecto económico, los océanos se utilizan para la extracción de minerales, pesca, desplazamiento de los buques de carga, entre otros.
Algunos expertos creen que hay cinco océanos: Atlántico, Índico, Pacífico, Ártico y la Antártida. Sin embargo, otros estudiosos se oponen a esta división, y no clasifican los dos últimos como océanos (el Ártico y la Antártida), alegando que el Ártico es una extensión del Océano Atlántico y la Antártida es un cruce del Atlántico, Índico y Pacífico.