Es un error pensar que el matrimonio entre personas del mismo sexo acaba de empezar. La relación homosexual ha existido desde la antigüedad, pero no fue conocida por ese término.
Todos nosotros somos libres para escoger la forma en que queremos vivir y de establecer las más variadas relaciones con personas del mismo. En cuanto a personas en oposición a las relaciones homosexuales, apenas queda inculcar el respeto generalizado pues todo ser humano debe ser respetado.
Antigua Mesopotamia
El prejuicio era prácticamente cero cuando se trataba de ese tipo de relación, incluso se crearon una serie de leyes destinadas a dar privilegios a las prostitutas y los prostitutos que participaron en los cultos religiosos en diversas civilizaciones antiguas. El emperador Hammurabi realizó un documento que promovía las relaciones homosexuales en la Antigua Mesopotamia hacia el año 1750 a.C.
Estas leyes declaraban la homosexualidad como parte del acto sagrado y reconocían que se podían tener relaciones sexuales con hombres devotos en los templos de Mesopotamia, en Sicilia, India, Egipto y Fenicia, entre otras regiones. Herederos de todas las leyes de Hammurabi, las leyes de los hititas reconocían los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Grecia y Roma
En las antiguas civilizaciones de griegos y romanos también era normal que hombres mayores tuvieran relaciones sexuales con un joven.
En Grecia, Según el filósofo griego Sócrates, el coito anal eran la mejor forma de inspiración, y las relaciones heterosexuales, sólo servían para la procreación del hombre. En Atenas, por la educación de la juventud, se esperaba que los adolescentes aceptasen las relaciones con hombres mayores para que pudieran absorber sus virtudes y conocimiento filosófico. Cuando un joven completaba los 12 años, y con la aprobación de la familia, se transformaba en un compañero pasivo hasta los 18 años. Normalmente, el chico se volvía hombre en la sociedad a los 25 años, asumiendo un papel activo en sus relaciones.
Ya en Roma, la sociedad mantuvo valores equivalentes a los ideales románticos de los griegos. La relación entre un hombre mayor y otro más joven fue visto como una nueva sensación de pureza. En cuanto a las relaciones sexuales entre hombres mayores no eran vistas con buenos ojos. Al ser rechazados por la sociedad, se les impidió incluso ocupar cargos públicos.
La comprensión de la relación entre personas del mismo sexo procede de las creencias de estas antiguas sociedades. En la mitología greco-romana por ejemplo, existía la homosexualidad. Tanto es así que muchos de los antiguos dioses no tenían sexo definido. Hasta entonces, el sexo no se observó con el único propósito de la procreación, sino de los sentimientos.
Este concepto sólo se comenzó a cambiar con la llegada del cristianismo en este contexto. El cristianismo se impuso a través del emperador romano Constantino pasando a ser la religión obligatoria en su imperio. El sexo heterosexual, desde entonces amplió su concepto de la procreación y la homosexualidad se convirtió en algo anormal.
Religión cristiana y homosexualidad
En el año 533, el emperador cristiano Justiniano creó el primer texto de una ley que prohibía la homosexualidad sin reservas. Teniendo relacionados todos los vínculos homosexuales al adulterio, crimen castigado por la pena de muerte, se establecieron cada vez penas más severas. Surgiendo nuevas prohibiciones, la homosexualidad permaneció latente hasta mediados del siglo XIV.
La Iglesia Católica se encontró frente a una serie de crisis, viendo el auge del protestantismo de la Reforma de Lutero. En vista del humanismo renacentista, los viejos valores de las relaciones entre personas del mismo sexo resurgieron. Artistas de diversos segmentos del Renacimiento vieron el amor entre los hombres desde una óptica más completa. En un intento de erradicar la relación entre iguales, varias leyes fueron creadas, con penas cada vez más graves. Por lo tanto, la ciencia se había aliado a la religión para establecer una causa para la homosexualidad. Ambos crearon un tratamiento que estaba destinado exclusivamente a los casos de homosexualidad y ninfomanía en las mujeres, la lobotomía.
La lobotomía, técnica desarrollada por el portugués neurocirujano Antonio Egas Moniz, ganador del Premio Nobel de Medicina en 1949, consistía en un procedimiento quirúrgico, cortando un trozo del cerebro de los considerados enfermos mentales. El corte se daba en los nervios en la corteza pre-frontal. Este tratamiento se empleaba porque la homosexualidad comenzó a ser vista como una enfermedad y como una anomalía genética.
Edad moderna
La preocupación de la comunidad científica con la homosexualidad comenzó en el siglo XIX. El término “homosexualidad” fue creado en 1848 por el psicólogo alemán Karoly Maria Benkert. Para él no era sólo un trastorno psicológico sino que la naturaleza había dotado al hombre de nacimiento y a ciertas mujeres con el impulso sexual que creaba una aversión directa hacia el sexo opuesto.
En el año 1897, se publicó el primer libro relacionado con la homosexualidad, por medio del escritor inglés Havelock Ellis. Al igual que otras personas de la época, afirmó que la persona que tenía relaciones con personas del mismo sexo llevaba a una enfermedad congénita y hereditaria y se asociaba con problemas familiares. Sólo en 1979, la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la homosexualidad de la lista oficial de enfermedades mentales.
En la década de los 80 y los 90, los países desarrollados prohibieron la discriminación contra gays y lesbianas. Tomamos nota de que la lucha de los homosexuales por el derecho a la libertad de relacionarse con parejas del mismo sexo, siempre fue grande Muchas batallas fueron ganadas y todavía existen muchas que tienen que ser confrontadas.