En general, la economía feudal, se impulsó gracias al proceso de ruralización provocado por la crisis del Imperio Romano. Sin poder disfrutar de los bajos costos de producción obtenidos por la mano de obra esclava disponible, los grandes terratenientes empezaron a arrendar sus tierras a fin de garantizar al menos las condiciones necesarias para su propio sustento. Al mismo tiempo, la devaluación de las actividades comerciales por parte de los pueblos germánicos fue también de gran importancia para la consolidación de una economía predominantemente agraria.
En los feudos, el desarrollo de técnicas agrícolas de baja productividad bloqueaba la obtención de excedentes, posiblemente utilizados en la realización de actividades comerciales. Al mismo tiempo, las herramientas de arado y la calidad de las semillas impedían rendimientos relevantes. Las tierras fértiles eran repartidas entre los mansos señoriales, pertenecientes al señor feudal; los mansos serviles, destinados a la producción de las poblaciones campesinas; y el manso común usado por todos los habitantes del feudo.
La disponibilidad de tierra fértil fue motivo de fuerte inquietud entre los campesinos. Por lo tanto, para prolongar el tiempo de una zona agrícola, se realizó un sistema de rotación de cultivos. En este sistema, un campo tenía dos tercios de su área ocupada por dos diferentes cultivos. La otra porción se dejaba en reposo, recuperándose de desgaste de los cultivos anteriores. Cada año, las parcelas trabajadas y conservadas alternaban entre sí, aumentando el tiempo de un campo dado y conservándola de un posible desgaste.
De hecho, el comercio había perdido una gran cantidad de espacio en este contexto. Mientras tanto, las escasas transacciones comerciales sucedían por intercambios naturales. Géneros agrícolas eran raramente usados para la obtención de herramientas u otro tipo de alimento en falta en determinado feudo. Únicamente con el crecimiento de las actividades agrícolas y el crecimiento demográfico que el marco de la economía feudal sufrió las primeras transformaciones responsables de la aparición de una nueva clase de comerciantes: la burguesía.