Artistas del cinquecento

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Artistas del Cinquecento

Los artistas de la posterior descendencia del Quattrocento fueron los señalados de aumentar el arte a su expresión más noble. Este periodo, que entiende el siglo XVI, se inició con Leonardo da Vinci en el momento en que regresó de Milán a Florencia en el año 1500. Allí, encontró al joven Miguel Ángel que realizaría la famosa escultura del David (1501-1504, Academia, Florencia). Esta emblemática obra pronto se transformó no únicamente en el símbolo de la ciudad de Florencia, sino igualmente en el del cinquecento. David como representación del poder y de la fuerza lo tiene todo, sin embargo Miguel Ángel lo eligió precisamente para exhibir su autocontrol en el momento antes del encuentro con Goliath, como Leonardo hizo con las figuras de los apóstoles en La última cena (1495-1497, Santa María, Milán) al tomar la elección del momento justo después en que Cristo comentó a los presentes que uno de ellos le delataría. A lo largo del cinquecento, los artistas pretendieron disminuir sus asuntos a la más pura esencia; las características secundarias, los detalles o las anécdotas captaban la atención del televidente para conducirle a la esencia real del tema.

El epicentro artístico durante este periodo fue Roma y la corte de Julio II, que contrató a los artistas y arquitectos más destacadas para sus ambiciosos proyectos. Donato Bramante fue el arquitecto más importante de este periodo aunque se inició como pintor siguiendo las pautas de Piero della Francesca. Posteriormente a una larga estancia en Milán, durante la cual concordó con Leonardo, Bramante se fijó en Roma. Allí produjo obras como el Tempietto (1502), una representación a menor escala del clásico tholos griego ubicado en el patio de San Pietro in Montorio; una serie de palacios privados que incluían la hogar de Rafael (destruida en el siglo XVII), y, como su proyecto más eminente, el diseño de la nueva basílica de San Pedro (c. 1506). Para la primera iglesia de la cristiandad católica, Bramante trazó una planta de cruz griega, con cúpula. Miguel Ángel tomó parte en la construcción realizando algunos cambios que modificaban la nueva estructura arquitectónica sin embargo respetando el diseño único de Bramante, que ejerció una fuerte influencia en los arquitectos del cinquecento, como ocurrió con el sienés Baldassare Peruzzi, que erigió la villa Farnesina (1509-1511) en Roma para la familia Chigi, la primera villa privada de comienzos del siglo XVI.

Rafael, nacido en la región italiana de Umbría, se encuentra entre los pintores asentados en Roma. Discípulo de Perugino, Rafael estudió en Florencia al mismo tiempo que se encontraban allí Leonardo y Miguel Ángel, dando forma al lenguaje artístico del cinquecento. Rafael se desplazó a Roma en el año 1508 y allí se quedó hasta su fallecimiento en el año 1520. Se transformó en el pintor más célebre y abrió un boyante estudio en el que trabajaban muchos ayudantes. Como complemento a las series de retratos de distinguidos personajes que desarrolló, el del papa Julio II y otros importantes, Rafael desarrolló nuevos trabajos como la ornamentación al fresco de las estancias vaticanas, una serie que decora las cuatro estancias del palacio Vaticano. La más destacada es la estancia de la Signatura, que contiene La enfrentamiento, una liosa razón de la doctrina del sacramento de la Eucaristía. Los hombres de iglesia discuten en torno a la doctrina en la parte inferior; sobre ellos, Cristo aparece unido en semicírculo de un conjunto de ángeles. En el otro lado de la estancia se encuentra la Escuela de Atenas, que simboliza la filosofía clásica, realizando pareja con La enfrentamiento, que se preserva de pie junto a la teología cristiana. Aquí, la representación es horizontal, más centrada en la tierra que en el cielo. El punto de fuga se sitúa detrás de las figuras centrales de Platón y Aristóteles, rodeados por célebres pensadores del pasado. Muchas de estas figuras son retratos de artistas contemporáneos de Rafael. Rara vez la pintura ha conseguido la claridad y la perfección de la Escuela de Atenas. Como fuente de inspiración pudieron servirle a Rafael los inmensos frescos de la capilla Sixtina pintados por Miguel Ángel.

Posteriormente a haberse establecido en Venecia Giovanni Bellini, Giorgione inició su escuela de pintura. Su estilo se caracteriza por suaves contornos, colores fuertes (a menudo enigmáticos) y igualmente por asuntos personalizados. Su obra más famosa, La tempestad (c. 1505, Academia, Florencia), simboliza un paisaje idílico de fondo tormentoso en el que se puede observar a un hombre joven que preserva a una mujer acunando a su niño.

Tiziano, alumno de Bellini y un incipiente seguidor de Giorgione, fue el pintor más dotado del cinquecento en Venecia, así como el contrincante de Rafael y de Miguel Ángel. Entre sus obras más admiradas se encuentra El amor divino y el amor profano (c. 1515, Galería Borghese, Roma) en una pintura alegórica en la cual dos mujeres, una desnuda (el amor sacro) y la otra absolutamente vestida (el amor profano), están sentadas de manera opuesta; esta obra evoca la serenidad del mundo recóndito del Giorgione. La asunción de la Virgen (1516-1518) forma parte del retablo destacado de Santa Maria dei Frari en Venecia y está identificada una de las obras maestras de Tiziano. La figura de la Virgen está situada encima de los apóstoles moviéndose hacia la figura de Dios Padre, mostrada en lo alto del cuadro. Tonos cálidos, rojos y dorados dominan la estructura. Tiziano aborda igualmente asuntos clásicos como lo refrendan su Baco y Ariadna (1520-1523, National Gallery, Londres) o La ofrenda a Venus (1518-1519, Museo del Prado, Madrid), ambos desarrollados para el duque de Ferrara. Pintó diversos cuadros de Venus recostadas y otras obras de carácter mitológico, como Dánae recibiendo la lluvia de oro (1553, Museo del Prado, Madrid), obras ambivalentes de una intencionalidad sensual.

En su larga trayectoria artística, Tiziano produjo obras destacadas para su mecenas, el emperador Carlos V, quien le dio el título de pintor. Entre los requeridos del emperador se hallan algunos retratos, incluido Carlos V y la batalla de Mühlberg (1548, Museo del Prado). Su retrato ecuestre se transformó en el prototipo de retratos de altos dignatarios durante las dos posteriores centurias. Tiziano continuó pintando incluso a edad avanzada y su característica pincelada fluida y libre, su paleta viva y sus figuras monumentales, así como los paisajes idealizados, siguieron marcando el estilo de su arte. Ello se hace incuestionable en su Coronación de espinas (c. 1570, Alte Pinakothek, Munich), en donde las formas parecen desintegrarse por un laberinto de luz pura, color y pigmento.

Correggio fue otro destacado pintor de gran fuerza del cinquecento. Pasó la mayor parte de su vida trabajando en Parma, donde se instaló en 1518. Hizo muchos ciclos de frescos para la catedral de Parma y para la iglesia de San Juan Evangelista. Tomando como punto de referencia a Miguel Ángel, Rafael y Tiziano, el arte del Correggio delata su familiaridad con el estilo monumental que venía realizándose en Roma y en Venecia. La influencia de Leonardo puede apreciarse, sin embargo Correggio supo hacer su propio estilo. Su pintura se caracteriza por una gran habilidad en los escorzos; su desaprobación al equilibrio clásico anticiparía el estilo manierista, definido por colores sensuales y plateados y por una tendencia a representar estados de éxtasis espirituales y físicos. Como la mayoría de los artistas de este periodo la realización de Correggio se organiza en obras clásicas, frescos religiosos y altares para iglesias. En el convento de San Pablo de Parma, pintó una sala con frescos que representan la diosa Diana envuelta de referencias alegóricas de gran complejidad. En su obra, Correggio revela que fue una figura preponderante del cinquecento.