Los teatros romanos florecieron por primera ocasión al final de la fase republicana. Constaban de un alto escenario junto a un foso semicircular (orchestra) y un área periférico de asientos dispuestos en gradas (cávea). A discrepancia de los teatros griegos, ubicados en pendientes naturales, los teatros romanos se cimentaron sobre una estructura de pilares y bóvedas y de esta manera pudieron ubicarse en el corazón de las ciudades. Los teatros fueron conocidos en todos los enclaves del Imperio. Podemos encontrar ejemplos sobrecogedores en Orange (fundamentos del siglo I d.C., Francia) y en Şabrātah (finales del siglo I d.C., Libia). Los teatros de Itálica y de Mérida fueron desarrollados en tiempos de Augusto y de Agripa, respectivamente. El segundo de ellos, aunque presenta diferentes fases constructivas, destaca por su pórtico a modo de gran fachada trasera del escenario (frons scaenae) del siglo I d.C. y por su orchestra semicircular.
Los anfiteatros (literalmente, teatros dobles) tenían planta elíptica con una pista (arena) central, donde se conmemoraban combates entre gladiadores y animales, y un graderío alrededor parecido al de los teatros. El anfiteatro más antiguo conocido es el de Pompeya (75 a.C.) y el más grande es el Coliseo de Roma (hacia el 80 d.C.), que podía alojar a unos 50.000 asistentes sentados, más o menos la aptitud actual de los circuitos deportivos. En la Hispania romana destacan los anfiteatros de Mérida, Tarragona e Itálica. Igualmente se cimentaron circos o hipódromos en las ciudades más destacadas; la piazza Navona de Roma ocupa el lugar de un circo que fue construido durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C.).
En las ciudades de Tarragona, Sagunto y Toledo pueden hoy día observarse algunos restos de antiguos circos romanos.
Un ejemplo de teatro lo encontramos en Trieste, que data del siglo I a.C. La ciudad italiana de Trieste, situada en el extremo nororiental del mar Adriático, junto a la límite con Eslovenia, es la capital de la región de Friul-Venecia Julia y uno de los destacados centros portuarios del país. Dividida en dos núcleos visiblemente distinguidos, su parte antigua se halla ubicada a los pies de la colina de San Giusto, donde se erigió el teatro romano, en tanto que la zona moderna se levanta frente al puerto.