Nacido en la pintoresca ciudad de Como, en Italia, cuando era pequeño, Alessandro Volta sólo fue capaz de hablar a los cuatro años de edad, por lo que sus padres y miembros de la nobleza local pensaron que tenía retraso mental. Después de la muerte de su padre, su tío decidió enviarlo para ser educado por los jesuitas. En aquel entonces estudió filosofía, retórica, y mostró especial atención a la poesía. Bonesi Girolamo, uno de sus profesores, trató de influenciar a Volta para seguir el camino religioso, pero Volta mantuvo sus intereses iniciales en filosofía y acabó rechazando. En esta época, Volta empieza a mostrar un profundo interés por el estudio de la electricidad.
Al cumplir los 17 años, Volta comienza a intercambiar correspondencia con Cesare Beccaria, un científico y filósofo de Milán y Jean-Antoine Nollet, que era un gran estudioso de la eléctrica francesa. Después de adquirir algún conocimiento sobre el tema, Volta escribió en latín su primer estudio científico llamado ‘De vi attractiva ignis electrici ac phaenomenis inde pendentibus’ (Sobre la fuerza atractiva del fuego eléctrico y fenómenos relacionados). Con ese estudio, Volta obtuvo una indicación para enseñar física en una escuela local.
Con este nombramiento, tenía más motivación para experimentar con la electricidad, descubriendo en el año 1774 el electróforo, máquina capaz de generar electricidad estática. A pesar de recibir el título de inventor del sistema, algunos historiadores apuntan que el electróforo fue inventado con tres años de anterioridad.
Cuatro años más tarde, Volta recibe la cátedra de física experimental en la Universidad de Pavia. En el año 1791, Luigi Galvani, médico de la Universidad de Bolonia, envió a Volta su estudio sobre cómo piernas de rana recientemente disecadas se movían al entrar en contacto con metales. El estudio señalaba que, cuando Galvani tocaba dos puntos de la musculatura de una rana con dos arcos metales diferentes, las patas del animal se retorcían. A partir de estas observaciones se concluyó que las piernas de rana representaban soluciones diluidas en sales, fenómeno también observado en el funcionamiento de las pilas.
Sin embargo, Alessandro Volta no quedó satisfecho con el estudio de Galvani y concluyó que no era el tejido animal que generaba electricida sino que era un conductor de energía eléctrica. Después de una serie de conversaciones con Galvani, Volta presenta la primera pila, utilizando pares de metales diferentes, como plata y zinc, separados por discos de carbón humedecidos con unas soluciones salinas, y conectadas en serie.
Alessandro Volta murió el 5 de marzo de 1827, pero dejó un gran legado científico a la humanidad. Sus estudios han influido a otros estudiosos para perfeccionar el campo de la electricidad. Un buen ejemplo es John F. Daniell, que continuó la búsqueda e inventó la batería de plomo en 1959.
