El Barroco sucedió al Renacimiento, abarcando desde finales del siglo XVI hasta finales del siglo XVIII. Se extiende a todos los eventos culturales y artísticos de Europa y América Latina. El momento final del Barroco, el Rococó, se considera una exageración barroca y exuberante, y para algunos autores la decadencia del movimiento.
En su estética, el barroco revela la búsqueda de la novedad y la sorpresa, el gusto por la angustia, la predicación de la idea de que si nada es estable, todo debe ser descifrado; la tendencia al artificio y al ingenio; la idea de un supremo ideal.
La literatura barroca se caracteriza por el uso de lenguaje dramático a través de figuras de lenguaje, de hipérboles, metáforas, anacolutos y antítesis.
El barroco es un periodo de gran agitación política, económica y social pero especialmente de crisis religiosa. La incertidumbre conduce al establecimiento de la Contrarreforma a fin de promover los preceptos religiosos de la Iglesia Católica. Así, lo espiritual se impone a lo racional y el Renacimiento entra en declive.
Características literarias del Barroco
Las características principales del periodo barroco son:
Dualismo: el Barroco es el arte de conflicto y los contrastes. Refleja la intensificación de un sentimiento contradictorio en el ser humano, entre lo terrenal y lo celestial. La fe se enfrenta a la razón, el alma al cuerpo, Dios al Diablo y la muerte se impone sobre la vida. Ese contraste será visible a través de la producción barroca, a menudo a través de imagenes, palabras y conceptos. El artista barroco desea exponer las contradicciones, busca su reconciliación. Es frecuente el uso de figuras retóricas que buscan la unidad.
Fugacidad: De acuerdo con el diseño barroco, todo en el mundo es efímero e inestable, la gente y todas las demás cosas se degradan. El autor barroco examina la naturaleza humana con la degradación de lo carnal y terrenal. La existencia es efímera y vivir el momento está en boga.
Pesimismo: Esta toma de conciencia de la fugacidad de la vida a menudo conduce a la idea de la muerte, considerada como la máxima expresión de la fugacidad de la vida. La incertidumbre de la vida y el miedo a la muerte hace un arte pesimista, marcado por el desencanto con el hombre mismo y del mundo.
Feísmo: En el Barroco encontramos una atracción a las escenas trágicas, la crueldad, el dolor y lo grotesco. Hay una ruptura en este momento con la armonía, equilibrio y moderación con lo clásico, en clara oposición al Neoclasicismo.
Culteranismo: juegos de palabras, el uso del lenguaje culto, inversiones principalmente sintácticas.
Conceptismo: Juego de razonamiento y la retórica que trata de explicar mejor el conflicto de los opuestos, generalmente en prosa. Utiliza muchos recursos estilísticos y figuras como hipérboles, metáforas, antítesis, anáforas y paradojas.
Literatura moralista: producción de obras utilizadas para predicar la fe y la religión.
Rivalidad entre antropocentrismo y teocentrismo: el hombre como centro de las cosas entra en crisis frente a Dios como centro de todo. El espíritu se superpone a la carne. Conflicto existencial generado por el dilema entre el placer pagano y la fe religiosa.