La pirámide de Kefrén visualmente da la impresión de ser más alta que la pirámide de Keops, porque está en un terreno más alto, sin embargo, es menor. Su altura original era 143 metros, lo que la convertía más baja que la primera cuando ambas estaban intactas.
Hoy mide 136 metros y es, por lo tanto, apenas un metro más baja que la Gran Pirámide en su estado actual. Cada lado de la base es de 215 metros, ocupando así el área de 46.000 y 225 metros cuadrados.
En ella llama la atención la permanencia hasta hoy en su parte más alta de gran parte del revestimiento de piedra calcaría. A la luz del sol de mediodía ellas brillan de forma deslumbrante. En la base se conserva también parte de la capa de contacto con el suelo, que era formada por granito rojo de toda la pirámide.
El monumento tiene dos entradas, ambas a unos 12 metros al este del punto central de su cara norte. Una se encuentra más o menos a 15 metros de altura en relación al suelo, al paso que la otra fue excavada directamente en él y también directamente debajo de la primera. Desde la entrada superior parte un corredor inclinado, bajo y estrecho, que desciende por la estructura de la pirámide hasta penetrar en la roca, cuando entonces se vuelve horizontal y continúa hasta el centro del monumento donde se abre en cámara funeraria. El techo, piso y paredes de toda la sección inclinada del corredor, así como de pequeña parte de la sección horizontal son revestidos de granito rojo. Próximo del punto donde el revestimiento de granito acaba, fueron talladas canaletas verticales en las paredes.
Casi la totalidad de la cámara funeraria fue tallada en roca. La cámara mide 14 metros y 17 centímetros en el este/oeste, cinco pies de ancho y seis pies de alto y 85 centímetros de altura. Hay cavidades rectangulares de unos 30 centímetros de profundidad en la parte superior de los muros norte y sur. Probablemente debería extenderse a la superficie exterior de la pirámide para servir como un orificio de ventilación, pero el trabajo no se llevó adelante. En el lado oeste del recinto, un delgado sarcófago rectangular de granito pulido, sin ninguna inscripción, fue construido a la altura del terreno que cubre. El sarcófago fue encontrado por los arqueólogos en 1818 cerca del ataúd, pero roto en dos pedazos. No había ninguna señal del cuerpo del faraón.