Escultura gótica y naturalismo

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Escultura gotica y naturalismo

Los convencionalismos en el tratamiento de los pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un proceso que arranca en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la catedral de París, y que despliega tras 1225 en las portadas de la catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle de París los pliegues pesados y angulosos, hondamente esculpidos en forma tubular, característicos de la escultura gótica ulterior. Paralelamente las estatuas se soltaron del soporte arquitectónico.

En las estatuas de Reims y en las del interior de la Sainte-Chapelle se consolidó el tradicional cara de las figuras góticas: forma triangular, mentón destacado, ojos almendrados y una indicada sonrisa. Paralelamente se inició la representación de posturas y gestos amanerados, que resultan de una sumario entre las formas naturalistas, la delicadeza cortesana y una delicada espiritualidad.

Otros géneros desarrollados por la escultura gótica fueron las imágenes votivas, esculturas de bulto redondo de pequeño tamaño con representaciones de la Virgen y el Niño o de Cristo crucificado, en las que se aprecian los cambios iconográficos que se produjeron en el mundo gótico, como una mayor humanización y naturalismo. Por otra parte, el relieve alcanzó gran fama en los retablos, las sillerías de coro y los sepulcros de grandes personajes.

En relación con las tendencias naturalistas, florecieron representaciones más humanizadas de la Virgen con el Niño, imágenes que exhiben una relación amorosa en la que la Virgen mira a su hijo dulcemente o juega con él mientras le ofrece una flor o una fruta. Un ejemplo de esta nueva iconografía es la Virgen con el Niño de la portada inferior de la Sainte-Chapelle, un modelo que continuó imperante en Europa durante varios siglos.