Wi-Fi, tecnología de acceso a Internet sin cables y que recurre a las frecuencias de radio para la transmisión de datos entre ordenadores. De las ventajas de esta tecnología se destacan la no utilización de conexiones físicas (cables) y en el incremento en la capacidad de compartición de recursos.
Aunque el término Wi-Fi es una marca registrada de la Wi-Fi Alliance, hoy la expresión se convirtió en un sinónimo de tecnología IEEE 802.11, que permite la conexión entre varios dispositivos inalámbricos. Ampliamente utilizado hoy en día, el origen del término, como muchos creen, no tiene un significado específico.
El término Wi-Fi se originó como una alusión al término de la alta fidelidad (Hi-Fi), utilizada por la industria discográfica en la década de 1950. Así, el término Wi-Fi no es más que una contracción de las palabras Wireless Fidelity, concepto que de ser traducido no representa muy bien la tecnología en cuestión.
¿Cómo funciona el Wi-Fi?
Las redes Wi-Fi funcionan por medio de ondas de radio. Se transmiten a través de un adaptador, llamado router, que recibe las señales, decodifica y emite desde una antena. Para que un equipo o dispositivo tenga acceso a estas señales, debe ser dentro de un cierto radio de acción, conocido como un punto de acceso (hotspot).
El alcance de una red Wi-Fi es variable, según el router y antena utilizada. Esta distancia puede variar de 100 metros en el interior, hasta 300 metros al aire libre. El mismo tráfico de datos se produce en la dirección opuesta, estableciendo así la comunicación entre los dispositivos.
Ampliamente difundido en el mercado, el Wi-Fi hoy busca nuevos estándares con el fin de lograr cada vez más altas velocidades de transferencia de datos. Los ingenieros electrónicos trabajan en nuevas mejoras de esta tecnología que permitan el envío de datos de hasta 22 Mbps, alcanzando distancias de hasta 100 kilómetros.