Walter Scott, novelista y poeta escocés, hijo de un jurista y Anne Rutherford, hija de un médico y profesor de la Universidad, editor. Descendiente de familias famosas de la frontera escocesa, Scott nació en 1771 en Edimburgo, donde asistió a la escuela secundaria y universidad. Su ascendencia le ha atraído desde la infancia a la historia de los clanes de la frontera de Escocia, que conoció a través de sus leyendas y baladas. La infancia de Scott estuvo marcada por la poliomielitis, que dejó su marca hasta el final de su vida. Murió en 1832.
Su gusto romántico por el pasado fue estimulado por la lectura y traducción de poetas alemanes contemporáneos, particularmente Bürger y Goethe. Ejerció la abogacía entre 1792 y 1806 y en 1808 fue nombrado secretario de la corona en Selkirkshire, una posición de la que nunca renunció. Debutó en las letras con poesía narrativa de temas escoceses, con lo que alcanzó gran popularidad. En 1797 fueron publicadas algunas de sus baladas, compuestas a partir del modelo de las baladas y narrativas de raíz popular de tradición escocesa, que recuperó. El gusto de Scott por el pasado de Escocia y su interés por la Edad Media, reflejado en el romance gótico, lo llevaron a colaborar con Monk Lewis (Matthew Gregory Lewis) en la composición de Tales of Wonder (1981).
La colección de baladas Ministrelsy of the Scottish Border, una de sus obras más relevantes, fue publicada en tres volúmenes entre 1802 (vol. 1 y 2) y 1803 (vol. 3). La fama del autor llegaría definitivamente con la publicación del poema The Lay of the Last Minstrel (1805), siguiéndole Marmion (1808) y The Lady of the Lake (1810). Scott se hizo de este modo el escritor más popular de su tiempo. Entre sus diversas actividades se destacan la colaboración con el periódico Edinburgh Review y la participación en la fundación de la revista Tory Quarterly en 1809. La recepción menos calurosa a Rokeby (1811), Lord of the Isles (1815) y Harold the Dauntless (1817) fue determinante en la orientación de su carrera hacia la novela histórica que Scott definió a su reputación y estableció su influencia posterior en la literatura europea. Con los ingresos procedentes de su labor como escritor, Scott mandó a construir un gran castillo en Abbotsford, en la frontera escocesa, en 1811.
Los negocios editoriales en que que Scott se involucró con James Ballantyne dieron lugar a sucesivas deudas y culminó con la participación de Archibald Constable, en bancarrota (1826). Las dificultades económicas posteriores y la determinación de Scott para pagar todas sus deudas incitaron la extensa producción literaria que caracterizaron los últimos años de su vida.
Sus novelas más conocidas fueron escritas desde el año 1814: Waverly (1814), Guy Mannering (1815), The Antiquary (1816), Old Mortality (1816), Rob Roy (1817), The Heart of Midlothian (1818), The Bride of Lammermoor y The Legend of Montrose (1819). Todas estas obras están inspiradas en episodios de las luchas dinásticas y religiosos que han marcado la historia de Escocia en los siglos XVII y XVIII. Desde 1819, Scott intensificó su ritmo de escritura debido al empeoramiento de la situación económica. Datan de este período las siguientes obras: Ivanhoe (1820), The Monastery e The Abbot (1820), Kenilworth (1821), Quentin Durward (1823), St. Ronan’s Well (1823) y The Talisman (1825).
La última fase de la carrera de Scott comienza con Woodstock (1826) y The Fair Maid of Perth (1828), y termina con Castle Dangerous e Count Robert of Paris (1832) en el año de su muerte. La obra de Walter Scott está estrechamente relacionada con la afirmación de la historia y de los intereses de Escocia, cuya sociedad es retratada a través de la acción individual de sus miembros en un contexto definido con detalle.