La sociedad egipcia se divide en varias capas, y el faraón era la máxima autoridad, incluso para ser considerado un dios terrenal. Los sacerdotes, los soldados y los escribas (responsables de la redacción) también ganaron importancia en la sociedad.
La sociedad del Antiguo Egipto quedaba sustentada por el trabajo e impuestos pagados por campesinos, artesanos y pequeños comerciantes. Los esclavos también formaban parte de la sociedad egipcia y, en general, eran capturados en guerras. Trabajaban en exceso y eran recompensados con agua y alimentos.
En la sociedad egipcia desarrolló un modo de producción en el que toda la tierra pertenecía al Estado y los campesinos de los pueblos tenían derecho a cultivar la tierra ya que pagaron un impuesto colectivo. Este impuesto se paga en grano, que se almacenaba en los depósitos reales.
En esta sociedad, la base económica era la agricultura. Se cultivaba principalmente trigo, cebada, frutas, hortalizas, lino y algodón. Entre otras actividades destacan la industria artesanal del comercio de textiles y vidrio, la construcción naval, la cerámica y la manutención de ganado vacuno, ovejas, cabras, burros, etc. El Estado intervino en la economía mediante el control de la producción, la contratación de mano de obra y los impuestos.
Quien es quien en el Antiguo Egipto
Faraón: soberano de gran poder, considerado un dios viviente, el hijo de los dioses e intermediario entre ellos y los hombres. Fue objeto de culto y su persona era sagrada. El faraón tenía autoridad absoluta, concentrando en sí mismo los poderes espirituales y políticos. Ocupó la cima de la jerarquía social, hijo de Amón-R (dios-sol), y encarnación de Horus (dios-halcón). Por lo tanto, su figura representaba un gobierno teocrático.
Nobleza: eran los propietarios de grandes extensiones. También ocuparon puestos clave en el ejército. Esta capa se formó por los familiares del faraón, los funcionarios del palacio, altos oficiales del ejército y jefes administrativos.
Sacerdotes: eran de alto nivel, enriquecidos con la gente a través de las ofrendas a los dioses. Estaban exentos del pago de impuestos y poseían muchas tierras como propiedad. El oficio sacerdotal era rentable y honorable, transmitido de padre a hijo. Los sacerdotes tenían la cabeza rapada y una de sus funciones era la de comunicar las respuestas de las deidades a las preguntas de los fieles.
Escribas: fueron los encargados de la recaudación de impuestos, la organización de las leyes escritas, los decretos y la supervisión de la actividad económica general.
Soldados: vivían de los productos otorgados como pago por sus servicios realizados durante las guerras. Nunca alcanzaban puestos de mando, pues eran reservados a la nobleza.
Artesanos: eran los trabajadores que trabajaban en diferentes oficios y fueron contratados generalmente por los contratistas de grandes proyectos. Trabajaron como albañiles, carpinteros, diseñadores, escultores, pintores, tejedores, orfebres, etc. Ejercían sus actividades en las grandes obras públicas a cambio de recibir alimento.
Campesinos: formado por la mayoría de la población. Vivían sometidos a una violenta represión ejercida por la clase dominante, con la constante amenaza de los ejércitos profesionales de obligarla a pagar impuestos. Trabajaban en la propiedad del faraón y de los sacerdotes y tenían derecho a retener para sí mismos una parte de los bienes que producían.
Esclavos: eran originarios de la servidumbre por deudas impagables y la dominación de otros pueblos a través de conquistas militares. Desempeñaban el trabajo doméstico o el trabajo en las canteras y minas.