La evolución es una teoría elaborada y desarrollada por los científicos para explicar los cambios sufridos por varias especies de organismos vivos en el tiempo, en su relación con el medio ambiente donde viven. El científico principal conectado al evolucionismo era el naturalista inglés Charles Robert Darwin (1809-1882), que publicó, en 1859, el trabajo El origen de las especies donde establecería los principios de selección natural o conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida.
Darwin desarrolló su trabajo principal de un estudio realizado en varias partes del mundo, después de un viaje de circunnavegación entre 1831 y 1836, coordinado por el almirantazgo británico. En este viaje, el científico inglés pudo percibir cómo diversas especies aparentadas poseían características diferenciadas según el lugar donde se encontraban.
Darwin fue capaz de darse cuenta entre las especies extintas y especies presentes en el ambiente había características comunes. Esto le llevó a afirmar que había un carácter mutable entre especies, y no una característica inmutable como antes era de común entendimiento. Las especies no existen en la misma forma con el tiempo, evolucionan. Durante la evolución, se transmiten estos cambios genéticamente a generaciones posteriores.
Sin embargo, para Darwin, evolucionar es cambiar biológicamente (y no necesariamente hacerse mejor) y los cambios generalmente ocurren para que exista una adaptación de las especies al medio ambiente en que viven. A ese proceso de cambio en consonancia con el medio ambiente Charles Darwin dio el nombre de selección natural.
La teoría desarrollada por Charles Darwin ha causado gran controversia en el mundo científico. Aunque existieron otros científicos que con anterioridad afirmaron que toda alteración en el mundo orgánico, así como en el inorgánico, es el resultado de una ley y no una intervención milagrosa, como escribió el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829).
Hubo incluso una noción de que la especie tenía sus características fijadas desde el inicio de su existencia, no habiendo el carácter de cambio no divino apuntado por el científico inglés. Tal concepción era fuertemente influida por la filosofía religiosa cristiana, de la creación por Dios de todos los seres vivos desde el inicio de los tiempos. Hasta Charles Darwin tuvo sus convicciones sacudidas con los resultados de su investigación, lo que llevó a rechazar sus teorías durante cerca de veinte años.
Una controversia constante en la teoría evolucionista se relaciona con los seres humanos. En cuanto a la evolución de los hombres y las mujeres, el evolucionismo indica que tenemos un antepasado común con algunas especies de monos como el chimpancé. Investigaciones recientes de decodificación del genoma indican una semejanza del 98% entre los genes de seres humanos y del chimpancé. Sin embargo, eso no significa que el hombre descienda directamente del hombre, sino apenas parientes próximos.
