La radiactividad natural siempre ha existido, pero sólo fue descubierta en el año 1896 por el físico francés Henri Becquerel (1852-1908). El investigador dejó películas fotográficas en contacto con un elemento radioactivo natural, el uranio, y percibió que éste pasaba a emitir radiación. La prueba concreta vino de las manchas estampadas en la película y entonces Becquerel concluyó que se trataba de los rayos emitidos por las sales de uranio.
Ya la radiactividad artificial fue descubierta cuando bombardearon núcleos de boro y aluminio con partículas alfa. Después de cesar el ataque con partículas, los núcleos continúan emitiendo radiación. Si la energía de esas partículas tiene un valor adecuado, ellos penetran en el núcleo modificándolo, y éste, por ser inestable, se desintegra posteriormente.
Al hacer el descubrimiento de que podría producirse radiación al bombardear ciertos núcleos con partículas apropiadas, el hombre se vio frente a un enorme campo de investigación. El estudio de las reacciones nucleares y la búsqueda de nuevos isótopos radioactivos artificiales llevaron a la propia desgracia humana. El estudio de las reacciones nucleares y la búsqueda de nuevos isótopos radioactivos artificiales llevaron a la propia desgracia de la humanidad. El hallazgo de la fisión nuclear vino acompañada de la infeliz idea de construir la bomba nuclear, con un poder destructivo altamente peligroso para el mundo.
Pero hay un lado positivo de esta historia, las distintas aplicaciones médicas de isótopos radiactivos, por ejemplo en la terapia médica: tratamiento para el cáncer (radioterapia). Te presentamos algunos elementos radiactivos que son útiles en el tratamiento de enfermedades:
- Cobalto radioactivo: empleado en el tratamiento de los tumores. Isótopo que desencadena radiaciones, las cuales, a través de un tubo, son llevadas hasta la parte afectada.
- Yodo radiactivo: empleado para curar los trastornos de la tiroides.
- Sodio radiactivo: utilizado en el estudio de las enfermedades de los defectos del corazón y la circulación sanguínea.