Normalmente, todos los seres vivos sienten la necesidad de dormir. Independientemente del tipo de especie, en algún momento del día se reservan al sueño, siendo corto o largo. Los osos son conocidos por sus largas estancias de hibernación durante el invierno. En esta época del año, los osos apenas alternan periodos de vigilia y reposo. A modo de comprobación, basta tener en cuenta que sus párpados no se cierran.
El período de sueño adecuado para seres humanos puede variar de acuerdo con la edad, siendo que los jóvenes necesitan dormir de 8 a 10 horas diariamente. Es obvio que conseguimos dormir cuando llega el sueño. Pero al final, ¿cómo se produce el sueño y por qué motivo?
Una sustancia química desarrollada por la glándula pineal (localizada en la base del cerebro) es importante para dormir. Se denomina melatonina. Se trata de una secreción glandular que entra en la circulación sanguínea para regular el ciclo referente al acto de dormir y despertar. Como vemos, la glándula solamente regula el periodo de sueño, pero no necesariamente lo produce.
La misteriosa sustancia capaz de dejarnos querer ir a la cama no se ha descubierto. Búsquedas relacionadas con este hecho señala la posibilidad de un ácido graso, similar a los componentes de las membranas celulares, pero por ahora es sólo una posibilidad que debe ser constatada con pruebas fehacientes.