Mapa mental, notas de borrador o simplemente mindmap es el nombre por el que designamos un estilo de diagrama, sistematizado por el británico Tony Buzan y orientado a la gestión de informaciones de tipo intelectual para facilitar la comprensión y solución de problemas.
Se puede utilizar para memorizar y mejorar el aprendizaje en la creación de manuales, libros y conferencias, como complemento de herramientas brainstorming (tormenta de ideas) y en la ayuda para la gestión estratégica de una empresa o negocio.
El método
Los diseños realizados en un mapa mental parten de un único centro, a partir del cual son irradiadas las informaciones relacionadas. Pueden ser elaboradas por medio de colores diferenciados sobre hojas de papel o a través de ordenador.
La utilidad del mindmapping se expande a cualquier tipo de tarea, actividad profesional o entretenimiento, de modo individual o en grupo para planear cualquier tipo de evento. Se trata de un método de planificación y registro gráfico cada vez más utilizado en todas las áreas del conocimiento humano.
Los mapas mentales son útiles no apenas para decorar un asunto sino para registrar de forma inteligente y que permita revisiones muy rápidas de asuntos comprendidos en resúmenes, que sintetizan el entendimiento de las materias.
Recursos
Mapas mentales son, aparentemente, similares a los mapas conceptuales. Con todo, los mapas conceptuales son estructurados con base a relaciones entre conceptos, explicitadas por frases de unión, formando proposiciones, las cuales son pasibles de análisis lógico.
Los mapas mentales son aplicados al diseño creativo, memorización, estrategias de marketing y tareas afines.
Redes semánticas
Las redes semánticas comparten similitudes con los mapas mentales y consisten en una representación del conocimiento definida en un gráfico direccionado en el cual los vértices representan conceptos y las aristas representan relaciones de significado entre conceptos. Ellas son consideradas una forma común de un diccionario legible por una máquina.
Tales redes envuelven el uso de asociaciones semánticas flexibles que pueden ser útiles a la lectura humana. El concepto fue desarrollado para uso en ordenadores por Richard H. Richens en 1956 como una lengua internacional auxiliar para la traducción por máquina de lenguajes naturales. Fueron entonces avanzados por Robert F. Simmons al inicio de la década de 1960 y posteriormente ampliadas a través de las aportaciones de M. Ross Quillian en 1966.
Un mapa mental puede ser considerado una variante de una red semántica. Al usar colores y figuras, el énfasis está en la generación de una red semántica que invoca a la creatividad humana. A pesar de todo, hay una gran diferencia entre el mapa mental y la red semántica, basada en la estructura: en los mapas mentales la estructura es jerarquizada, como partiendo desde un punto central; en la red semántica los elementos son conectados entre ellos sin importar el centro.
Cabe considerar los mapas mentales como una derivación libre de la red semántica. Las mayores diferencias son aquellas más restringidas a la estructura de los enlaces (es necesariamente un árbol con un nodo central) aunque son más flexibles en cuanto a información aglutinada permitiendo colores e imagenes que acompañan a las palabras.
A pesar de ser una forma intuitiva y relativamente sencilla de representación del conocimiento, las redes semánticas son limitadas y pueden ser reducidas a sentencias de lógica de primer orden.
