Los catalizadores cumplen la importante tarea de hacer con que las moléculas presentes en una reacción respondan con una velocidad mayor. La velocidad de un gran número de reacciones es influida por la presencia de esas sustancias, ellas aceleran la reacción y no influyen en la composición ni la cantidad del producto final de la reacción, es decir, permanecen químicamente inalteradas en el proceso.
Principio de utilización: los catalizadores permiten una nueva vía para la reacción. Este camino alternativo requiere menos energía de activación, provocando que la reacción ocurra más rápido. Al final del proceso el catalizador es devuelto sin sufrir alteración permanente, es decir, no es consumido durante la reacción.
Se estima que aproximadamente el 80% de los productos orgánicos producidos actualmente sean obtenidos con la ayuda de catalizadores. El área de la petroquímica asegura la economía en la fabricación de sus productos gracias a estos reactivos añadidos durante el proceso.
Y no pensemos que es fácil producir un catalizador, ellos son producidos por industrias especializadas y exigen una alta tecnología para llegar al patrón de calidad.
especializadas y requieren de una alta tecnología para alcanzar los estándares de calidad.
Un poco de historia
Los científicos Jöns Jakob Berzelius y Wilhelm Ostwald iniciaron los estudios de catalizadores en el inicio del siglo XIX. Veamos la evolución a lo largo de los años:
En 1912, fue el turno del cracking térmico producido exclusivamente por el calor, ya en 1936 fue introducida la arcilla (silicato de aluminio natural) como catalizador. Y en 1954 la producción ha mejorado con la llegada de las zeolitas: mezcla de silicatos de aluminio y metales alcalinos obtenidos sintéticamente.
Actualmente el comercio de catalizadores ha ido creciendo de una forma considerable, la utilización se da principalmente en refinerías de petróleo, en la producción de plásticos y polímeros en general y para otras industrias químicas.