Con el fin de la primera guerra mundial, el mundo ha observado una devastación sin precedentes a lo largo de la historia. Con el fin de conocer sus intenciones imperialistas, las naciones más poderosas de Europa se involucraron en un conflicto que causó cientos de miles de muertes y grandes costos materiales y económicos. Con la observación de ese marco de gran destrucción, mucho se ha cuestionado sobre si aquel derramamiento de sangre tuvo alguna utilidad real para las naciones.
En 1918, el entonces presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, realizó una propuesta destinada a resolver definitivamente la cuestión. Para él, era más importante sellar la paz y evitar otra guerra que señalar los castigos para los perdedores y compensación los ganadores. En otras palabras, el presidente estadounidense abrazó una especie de paz sin ganadores.
En medio tiempo en que los tratados de paz que sellarían la primera guerra fueron discutidos, Woodrow Wilson escribió los catorce puntos para sellar un equilibrio pacífico entre los europeos. Conocido como 14 puntos de Wilson, ese documento sería de gran importancia para que la Liga de las Naciones, una especie de embrión de la actual ONU, fuese creada.
Según el Tratado, las naciones no deberían firmar acuerdos diplomáticos que no fueran reconocidos públicamente. Además, él creía que la libre navegación y el comercio deliberado entre las naciones ayudarían a fortalecer las relaciones y la cooperación internacional. Cuando se trata de militarismo, creyó que el aparato militar debía limitarse sólo a lo que era necesario para el mantenimiento de la seguridad nacional.
En relación con el imperialismo, creía que los países colonizados debían tener acceso a una especie de representante que expusiera sus intereses. En paralelo, el mismo acuerdo indicó que las naciones invadidas o victimizadas por cualquier pérdida territorial debían ser desocupadas o tener sus tierras devueltas. Por lo tanto, se buscaba cerrar todas las rivalidades que, durante el siglo XIX alimentaron el estallido de la Primera Guerra Mundial.
El último y más importante contenido del tratado americano de sugirió la formación de una asociación general (es decir, internacional) que tuvo la misión de proteger la autonomía política y territorial de las naciones grandes y pequeñas. A través de estos principios, lanzó las bases para la construcción de la Liga de las Naciones. A pesar de la idea ser norteamericana, la participación de los Estados Unidos terminó siendo vetada por el Congreso de ese país.
Por último, aunque para el equilibrio y orden de represalia, los elementos fundamentales del proyecto de Woodrow Wilson fueron rebatidos por las naciones implicadas en la guerra. En lugar de los 14 puntos para la paz, las pesadas sanciones estipuladas prevalecieron el Tratado de Versalles. En 1919, Woodrow Wilson ganó el Premio Nobel de la paz por sus esfuerzos. Dos décadas más tarde, una nueva guerra mundial trajo más horror y destrucción en el mundo.