La Unión de repúblicas socialistas soviéticas (URSS) fue establecida en 1922 por los bolcheviques, liderados por Lenin, como una de las consecuencias de la Revolución Rusa de 1917. Existió hasta 1991, cuando fue disuelta en el contexto de la crisis del socialismo con las reformas políticas y económicas implementadas por Mijaíl Gorbachov. La sede del poder de la URSS fue en la capital rusa, Moscú. Rusia, república más poderosa, dirigió la URSS.
Tras la II Guerra Mundial, la Unión Soviética se convirtió en la segunda potencia económica y militar en el mundo. Destacó también en la carrera espacial y la producción de armas nucleares. Estaba detrás sólo de los Estados Unidos, el principal opositor y representante del modelo capitalista, contrario a los ideales soviéticos del socialismo.
La URSS se componía de 15 repúblicas, ocupando un territorio de aproximadamente 22 millones de kilómetros cuadrados.
En la década de 1980, la Unión Soviética contaba con una población aproximada de 290 millones de habitantes. Los grupos étnicos con mayor cantidad de habitantes eran rusos (145 millones), ucranianos (44 millones), uzbekos (16 millones), bielorrusos (10 millones) y azerbaiyanos (6 millones).
Socialismo en la URSS
La Unión Soviética siguió el sistema político y económico socialista. Había un sistema político basado en un solo partido (PCUS), que gobernó la Unión Soviética sobre una base centralizada y sin espacios abiertos para los opositores. Por el contrario, el régimen perseguía y había detenido a miles de opositores políticos, especialmente hasta la década de 1970.
La economía estaba controlada por el Estado, es decir, todos los medios de producción (granjas, industrias, bancos, fábricas…) eran controlados por el gobierno. Los salarios también fueron manejados por el gobierno, donde había una igualdad salarial, evitando la formación de las desigualdades sociales.
La URSS en la Segunda Guerra Mundial
La Unión Soviética estaba del lado de los aliados durante el conflicto. Junto con Estados Unidos e Inglaterra, fue de suma importancia en la lucha contra el régimen nazi de Adolf Hitler. Después del conflicto, ya como una de las potencias ganadoras superiores, ejerce gran influencia en los países de Europa Oriental impregnando su ideal político.
Crisis de la Unión Soviética
Hasta la década de 1970, la Unión Soviética presentó un formidable desarrollo económico. Sin embargo, en la década de 1980 la crisis comenzó a amenazar el poder de las potencias adscritas al sistema socialista. Las industrias obsoletas no lograban acompañar al desarrollo tecnológico necesario para abastecer a aquella inmensa población. La falta de productos, principalmente alimentos y bienes de consumo, pasó a ser constante y generar gran insatisfacción popular.
El crecimiento de los movimientos separatistas, especialmente en las repúblicas bálticas, estaba poniendo en peligro la unidad política de la URSS.
Tratando de resolver los graves problemas políticos y económicos, el presidente Mijaíl Gorbachov implementó una serie de reformas en la URSS. Sin embargo, estas reformas no tenían grandes efectos positivos y la crisis continuaría su tendencia negativa.
En diciembre de 1991, después de tener a varias repúblicas declarando independencia de la URSS, fue firmado el Acuerdo de Minsk entre Rusia, Bielorrusia y Ucrania y creada la CEI (Comunidad de los Estados Independientes). Era el final de la Unión Soviética.
Bandera de la Unión Soviética
La bandera de la Unión Soviética consistió en un rectángulo rojo con una hoz y un martillo amarillo cruzados, colocados en la esquina superior izquierda. Por encima de la hoz y el martillo había una estrella de cinco puntas también amarilla. La hoz y el martillo cruzados eran el símbolo del socialismo, porque representa a los trabajadores del campo y de las industrias.
Países que formaban parte de la Unión Soviética
- Rusia
- Lituania
- Letonia
- Estonia
- Georgia
- Armenia
- Azerbaiyán
- Bielorrusia
- Kazajstán
- Moldava
- Kirguistán
- Tayikistán
- Turkmenistán
- Ucrania
- Uzbekistán