Objetivo de los conflictos de larga data, la región de los Balcanes aún hoy sufre con los conflictos y guerras que se originan en la diversidad étnica, cultural y religiosa de aquella región. En el año 1929, el establecimiento del Estado yugoslavo colocó ese conjunto de naciones unidas sobre la tutela del gobierno represivo de Alexander I.
Con la intervención del expansionismo nazi, durante la II guerra mundial, los croatas lograron crear un Estado independiente en la región. Con la caída del régimen nazi y el proceso de polarización política señalada en la posguerra, los comunistas y monarquistas se enfrentaron. De este conflicto, tenemos el proceso de reorganización de Yugoslavia.
Bajo el liderazgo del mariscal Josip Broz Tito, este nuevo Estado condujo a prácticas dictatoriales personalistas y donde las acciones del gobierno de la naturaleza aparentemente hicieron su gobierno socialista soportar hasta los primeros años 80. Con su muerte, varios movimientos nacionalistas exigieron la construcción de varias repúblicas independientes en la región balcánica.
En 1989, el presidente serbio Slobodan Milošević pasó a defender la política reintegración del territorio de Eslovenia y Croacia a Yugoslavia. Además, el líder serbio deseaba anular el proceso de independencia, desde 1960, el Kosovo una región independiente. Al final de la década de 1990, la caída del régimen socialista intensificado aún más los movimientos a favor del separatismo. La independencia de Croacia y Eslovenia en 1991, pronto se encontró con las tropas serbias. En abril de 1992, el gobierno serbio creó la República Federal de Yugoslavia, formada por Serbia, Montenegro y la parte musulmana del Kosovo.
Entre 1992 y 1995, la represión Yugoslava contra los separatistas ganó un período de extrema violencia y persecución étnica y religiosa contra los musulmanes bosnios y croatas. Esta conflictiva situación terminó cuando el acuerdo de paz de Dayton estableció los límites de la soberanía territorial de Serbia. En 1997, Milošević se convirtió en presidente de la nueva República de Yugoslavia.
En el año subsecuente, un grupo de origen albanés empezó a controlar parte del territorio de Kosovo buscando separarlo del dominio yugoslavo. Las tropas yugoslavas realizaron una auténtica matanza contra los separatistas. En medio de estas luchas constantes, la OTAN (Organización del Tratado Atlántico Norte) decidió imponer una fuerte ofensiva militar contra los serbios para que así terminase el estado de guerra en la región.
En el año 2000, nuevas elecciones pudieron transformar los destinos de la región de los Balcanes. Muchos apoyaron la salida de Milošević del poder como un importante paso para que los conflictos territoriales fuesen resueltos de manera pacífica. Sin embargo, tras las acusaciones de fraude, el parlamento serbio decidió preservar el mandato de Slobodan Milošević. Insatisfechos con esta maniobra política, miles de serbios exigieron el fin de gobierno del líder.
En el año 2001, Milošević fue detenido acusado de mala administración de los fondos públicos y crímenes de guerra. Juzgado y condenado por el Tribunal Internacional de La Haya, Milošević murió en la cárcel en marzo de 2006. En el año 2003, Yugoslavia se transformó en Serbia. Tres años más tarde, en el plebiscito de mayo de 2006, la población de Montenegro decidió independizarse de Serbia.
Hoy en día, Kosovo es una región de conflictos políticos. Algunas naciones, como Rusia y la actual Serbia, alegan que independencia de Kosovo muestra una grave amenaza para la preservación territorial rusa, lo que serviría para alentar a los otros focos de tensión separatista en Europa.