La datación radiométrica, también conocida como datación radioactiva, permite que se calcule la edad de objetos antiguos, tales como fósiles, momias, reliquias, etc. La datación parte del análisis del carbono-14 (C-14) o radiocarbono presente en compuestos orgánicos.
Se sabe que el C-14 es un isótopo radiactivo pero, ¿cómo él forma parte de los organismos vivos? El C-14 es producido en la atmósfera. Las plantas absorben el C-14 a través de la fotosíntesis, y cuando el hombre y animales ingieren vegetales, llevan para dentro de sí porcentajes de C-14. Por tanto, el C-14 pasa a formar parte de la estructura celular de todos los seres vivos.
La cantidad de C-14 presente en nuestro cuerpo se mantiene constante mientras estamos vivos, pero desde el momento en que morimos, empieza a decaer, a desintegrarse. Los científicos usan entonces, la vida media del C-14 ya conocida (5730 años) para calcular la muerte de fecha del organismo. Lo mismo ocurre con los animales, a partir de la vida media del carbono es posible estimar el periodo en que existieron.
Gracias a esta propiedad del carbono de emitir radiación es que los arqueólogos son capaces de prever la edad de esqueletos encontrados en yacimientos arqueológicos.