Jaime tiene 7 meses de edad y asiste a guardería desde hace 4 meses. Se ve muy bien de salud, pero a la edad de 6 meses tuvo bronquiolitis, y a pesar de haber mejorado, volvió otra vez a chisporrotear. La madre desesperada, consulta al asistente médico y pregunta por los antibióticos a fin de tratar de resolver el problema.
Cada año, con la llegada del invierno, los casos relacionados con el de Jaime son motivo de preocupación para las madres, provocando la invasión de los servicios de emergencia pediátricas en una alarma generalizada.
De hecho, esta infección viral de los bronquios de pequeño diámetro es muy común y contagiosa, que afecta a cerca de un tercio de los recién nacidos en el primer año de vida. El virus se transmite por saliva, secreciones y material contaminado. En la mayoría de los casos la enfermedad es benigna y se cura fácilmente en casa. En algunos casos (menos del 5%), es necesario recurrir a la hospitalización para su tratamiento.
Las bronquiolitis alcanzan a los niños lactantes menores de 2 años de edad y, en su mayor parte, son causadas por el virus sincicial respiratorio (VSR) – un microbio que afecta al funcionamiento de los pulmones. Todo comienza con un resfriado, banal, acompañado de fiebre. En el 20% de los casos, la infección se resuelve espontáneamente, extendiéndose a los bronquios y bronquiolos y causando un engrosamiento de la mucosa y la acumulación de secreciones, que dificultan la respiración. La tos infantil, respiración más rápido, y el paso del aire en los bronquios causa provoca enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
¿Qué hacer ante una constipación que degeneró?
El primer paso es consultar a un asistente de médico, que hará el diagnóstico y el tratamiento adecuado. Esto consiste esencialmente en algunas medidas simples, tales como:
- Colocación del bebé en una posición sentada.
- Limpieza de los conductos nasales con solución salina.
- Fraccionamiento de las comidas y dar de beber frecuentemente.
- Prescripción eventual de algunas sesiones de cinesiterapia respiratoria.
- Tratar la fiebre con paracetamol.
- Tratamiento con un broncodilatador (medicamento utilizado en el asma) puede ayudar en algunos casos.
- En contrapartida, salvo casos específicos, no se justifica tomar antibióticos (ineficaces contra infecciones víricas), antitusígeno, fluidificantes u otro tratamiento similar.
- La infección se prolonga generalmente entre 5-10 días, aunque la tos puede persistir, sin gravedad, durante unos 15 días.
- Aunque raramente es necesario, se recomienda el internamiento en los niños más frágiles, principalmente, menores de 6 semanas, con problemas de salud o con mala tolerancia a la enfermedad.
Si el bebé no se alimenta, no reacciona normalmente o si está presente el empeoramiento de la dificultad para respirar, se debe buscar ayuda médica inmediatamente. La misma regla debe aplicarse si el bebé vomita, tiene diarrea o si la temperatura corporal se eleva.
No es infrecuente que un bebé desarrolle varias bronquiolitis. Desde la tercera infección, con episodios de sibilancias y/o tos, se habla de asma del lactante. Pero eso no significa que el lactante sea un niño asmático. De hecho, el desarrollo posterior de un asma está relacionado con la existencia de un terreno alérgico familiar.
Consejos para los padres
¿Cómo realizar la prevención?
- Si uno de los padres u otros miembros de la familia está constipado, evitar el contacto cercano con el niño (especialmente si tiene menos de 3 meses).
- Si uno de los niños tiene bronquiolitis, se debe evitar el contacto con otros niños.
- Lavarse las manos con frecuencia.
¿Cuáles son las medidas esenciales?
- Evitar absolutamente la exposición al tabaco.
- Dar de beber al bebé regularmente en pequeñas cantidades.
- Desobstruir las fosas nasales antes de las comidas.