Nuestra relación con el pasado se presenta en diferentes formas y de la interpretación de las experiencias, el hombre comienza a dictar ciertas acciones de su vida cotidiana. En general, las malas experiencias se responden con acciones e ideas que evitan la repetición de la misma desgracia. Un caso claro de este tipo en el pasado la relación se puede ver cuando nos referimos al Holocausto.
El Holocausto fue una práctica de persecución política, étnica, religiosa y sexual establecida en los años de gobierno nazi de Adolf Hitler. De acuerdo con la ideología nazi, Alemania tuvo que superar todos los obstáculos que impedían la formación de una nación de seres superiores. De acuerdo con la misma idea, el pueblo alemán descendía legítimamente de los arios, un pueblo antiguo que – según los etnólogos europeos del siglo XIX – eran de raza blanca y dieron origen a la civilización europea.
Por lo tanto, por la supremacía racial, el gobierno de Hitler comenzó a predicar el odio contra los que impidieron la pureza racial en el territorio alemán. De acuerdo con el discurso nazi, los mayores culpables de la prevención de este proceso de la eugenesia eran de etnia gitana y – especialmente –los judíos. Con ello, Hitler comenzó a perseguir a la fuerza a la población judía.
Desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno nazi estableció campos de concentración donde judíos y gitanos fueron forzados a vivir y trabajar. En los campos de exterminio, fueron obligados a trabajar en industrias vitales para el apoyo de Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Además, los ocupantes de los campos vivían en condiciones insalubres, tenía una comida terrible, sufrieron torturas y fueron utilizados como conejillos de indias en experimentos científicos de todo tipo hasta llegada su muerte.
Es importante recordar que otros grupos sociales también fueron perseguidos por el régimen nazi, por lo tanto, fueron llevados a campos de concentración. Los homosexuales, opositores políticos de Hitler, los enfermos mentales, los eslavos pacifistas, intelectuales y grupos religiosos como los Testigos de Jehová también sufrieron los horrores del Holocausto. Por lo tanto, podemos demostrar que el Holocausto se ha extendido a sus fuerzas en los grupos étnicos, sociales y religiosos que eran considerados una amenaza para el gobierno de Hitler.
Con el fin de los conflictos de la Segunda Guerra Mundial y la derrota alemana, muchos funcionarios decidieron asesinar a los concentrados para ocultar pruebas. Tal acción sería tomada con el fin de cubrir todas las diversas atrocidades en los campos de concentración en toda Europa. Sin embargo, las tropas francesas, británicas y estadounidenses lograron expresar la masacre promovida por la Alemania nazi.
Después de la rendición de los ejércitos alemanes, sus principales dirigentes fueron juzgados por un tribunal internacional creado en la ciudad alemana de Nuremberg. Con el final de la prueba, muchos de ellos fueron condenados a muerte por motivos de cometer crímenes de guerra. Hoy en día, muchas obras, museos e instituciones se mantienen con el fin de luchar contra la propagación del nazismo o el odio racial.