Guillermo de Orange (holandés: Willem van Oranje-Nassau) nació en Alemania el 24 de abril del año 1533 y falleció el 10 de julio de 1584 en los Países Bajos. Fue educado en la corte de Carlos I y en el primer año del reinado de Felipe II formó parte del Consejo de Estado de Flandes para asesorar a la princesa Margarita de Parma.
Su oposición al cardenal Antoine Perrenot de Granvelle, jefe de la centralización de las reclamaciones de Felipe II, que violó los intereses de la nobleza de Holanda, bien con su miedo de intransigencia religiosa como con el apoyo de protestantes calvinistas españoles. Poco a poco fueron gradualmente apartando su fidelidad a su rey.
En el año 1567, con la llegada del duque de Alba con sus tercios y la terrible represión ejercida por el Tribunal de Justicia, Guillermo de Orange se vio forzado al exilio entre los hugonotes franceses (protestantes de la doctrina calvinista) junto a su hermano Luís de Nassau. Sus posesiones fueron confiscadas.
Con su hijo deportado a España, se fue a la acción militar. En los estados de Holanda permaneció durante cinco años encabezando la resistencia contra España. Finalmente consiguió la Pacificación de Gante (1576) y la Unión de Bruselas (1577) y recuperó sus propiedades.
Los conflictos religiosos seguían obstaculizando la unión de 17 provincias en torno a un gobierno central de los Países Bajos y, aprovechándose de la situación. Felipe II declaró sus actividades como ilegales y ofreció una recompensa por su asesinato. Después de sufrir un ataque en Amberes (1582), se retiró a Holanda, donde murió en Delft, asesinado por un fanático católico.