La escultura india en el periodo Gupta
A lo largo de los tres primeros siglos de nuestros días casi todas las esculturas de piedra no excavadas en la roca que se preservan, incluidas las estelas, salieron de los talleres de Gandhara y Mathura. Hay unas pocas obras, la mayoría haksis, de estilos asociados con Mathura que se han encontrado en regiones tan orientales como Patna. Pero, para las imágenes de Buda, tanto erguido como sentado, se recurría a las exportaciones de la propia Mathura. Normalmente se está de conformidad en que la estela Kanoria Parsvanatha, de Patna, es de finales del siglo IV, y al inscripción fragmentaria del Neminatha sentado de Rajgir se puede asignar al reinado de Candragupta II (en torno a 377-414), por la forma en que la prenda inferior de la figura de sirviente en pie acaba justo encima de las rodillas, con cuatro ondas vigorosas cayendo entre las piernas. Ambas revelan las etapas iniciales de un estilo que terminará en los budas post-Gupta de Nalanda, sin embargo no, curiosamente, los grandes budas Gupta de Sarnath, más distanciados hacia el oeste.
Escultura y cerámica olmeca
Arte olmeca, agrupación de expresiones de carácter singular e restaurador que sentaron los patrones estéticos para todo el ulterior desarrollo del arte mesoamericano. Las notorias expresiones artísticas de los olmecas fueron la escultura y la cerámica. Del mismo modo, igualmente se debió a ellos el comienzo de un método de escritura y los cómputos matemáticos.
Escultura en el siglo XX
De la misma forma que los pintores, los escultores de comienzos del siglo XX estuvieron influidos por el arte primitivo, como se evidencia en las iniciales obras de Constantin Brancusi y Henry Moore. Brancusi simplificó las formas hasta el límite en El recién nacido (1915, Colección Arensberg, Museo de Arte de Filadelfia), que forma parte de una serie de obras inspiradas en formas ovoides, cuyas curvas evocan los ritmos del cuerpo humano sólo rotos por los bordes afilados y el extremo cortado.
Brancusi combinó la sutileza expresiva con una habilidad inigualable para conocer la belleza intrínseca de los materiales, ya fueran madera, piedra o metal. El británico Moore igualmente explotó la textura de los materiales, desarrollando obras curvilíneas de gran delicadeza y monumentalidad. Inspirándose en la escultura prehispánica, acogió como tema se reiterado la figura femenina reclinada (véase Arte y arquitectura precolombinas).
Escultura del quattrocento
Las iniciales expresiones artísticas del renacimiento, en los comienzos del siglo XV, se dan en el ámbito de la escultura. Tres orfebres florentinos realizaron algunas innovaciones que supusieron una separación con las convenciones del estilo gótico. El primero fue Filippo Brunelleschi, precursor de la perspectiva lineal. Convertido en arquitecto, fue el primer constructor del renacimiento. Diseñó la grande cúpula octogonal de la catedral de Florencia, terminada en el año 1436, para lo que estudió en profundidad la arquitectura clásica, especialmente el colosal panteón de Agripa. Dicha cúpula está identificada como una proeza tanto desde el punto de vista artístico como del de la ingeniería desde los tiempos de los romanos. Brunelleschi, que estudió en Roma, fue el culpable de este resurgir clásico en la arquitectura. Introdujo nuevas fórmulas de racionalización del espacio aplicadas tanto a las construcciones públicas como privadas que se transformaron en únicas dentro del estilo renacentista.
Los retratos escultóricos de la Antigua Roma
El retrato escultórico romano constituye uno de los grandes capítulos en la historia del arte antiguo. Los retratos preservados varían en tamaño, desde bustos pequeñísimos a monumentales estatuas como la de Constantino I el Grande (c. 315 d.C.-330 d.C.), ubicada en su basílica del foro romano.
La escultura exenta de la Antigua Roma
En la estatuaria de bulto redondo emplearon los mismos materiales pétreos, aunque se realizaron igualmente gran cantidad de estatuas en bronce o incluso en oro y plata. Se conservan parcialmente pocas estatuas en bronce y casi ninguna en oro o plata, ya que numerosas de ellas se fundieron en la edad media y periodos ulteriores.
Los relieves funerarios de la Antigua Roma
Los pedidos privados de esculturas en relieve se realizaron por lo general en entornos funerarios. Los comerciantes boyantes, como el panadero Eurysaces, hicieron inmortalizar en sus mausoleos las actividades comerciales desarrolladas en vida. A lo largo del final de la República y el comienzo del Imperio se labraron relieves escultóricos de los libertos para las fachadas de sus sepulcros comunales. En los siglos I y II d.C. los retratos en relieve se adaptaron en términos generales en los altares funerarios o en torno a las sepulturas.
Escultura maya
La escultura maya abarca una gran variedad de expresiones: altares, estelas, lápidas, dinteles zoomorfos, tableros, cetros, jambas, columnas, figuras de bulto y marcadores de juego de pelota. Sus notorias peculiaridades son el uso del relieve, la monumentalidad en el tratamiento de los asuntos, el uso del color en el finalizado superficial, la dependencia del ámbito arquitectónico, la profusión de señales caligráfico y ornamental, la relevancia de las líneas curvas y el carácter abigarrado y escenográfico de la estructura.
Las estelas conmemorativas son magníficos trabajos entre los que destacaremos las de Tikal, Copán, Quiriguá y Cobán. Hablamos de monumentales lajas de piedra clavadas verticalmente en el suelo, en las que los escultores mayas tallaron en bajorrelieve imágenes del jubileo de sus soberanos. Se erigían al finalizar una etapa temporal concreta, cada cinco y cada veinte años, y en ellas, mediante jeroglíficos, se contaban los sucesos más importantes del reinado. Excelentes son los dinteles figurativos que flanqueaban las puertas de los palacios y templos de Yaxchilán, los altares de Piedras Negras y los zoomorfos de Quiriguá, aunque quizá la cumbre de la escultura maya sean los paneles de los edificios de Palenque. El palacio, y los templos de las Inscripciones, el Sol, la Cruz y la Cruz Foliada, constituyen uno de los mejores ejemplos de cómo el hombre es capaz de plasmar en piedra su universo religioso.
Escultura en el arte románico
La escultura a pequeña escala en marfil, bronce y oro de la fase prerrománica estuvo influenciada por el arte paleocristiano y bizantino. Adoptaron igualmente otros elementos de los desemejantes estilos locales de Oriente Próximo, conocidos a través de la importación de manuscritos miniados, eboraria, orfebrería, cerámica y tejidos. Los motivos ocasionados en los pueblos nómadas, como las figuras grotescas del bestiario y los diseños geométricos entrelazados, fueron muy destacadas, especialmente en las regiones del norte de los Alpes. Entre las obras escultóricas más admiradas de la fase se hallan los marfiles producidos por el monje Tutilo en el siglo IX en el monasterio de Saint-Gall (Suiza) y los desarrollados en los talleres de Reims (Francia).
Escultura barroca en España
El arte italiano apenas tuvo influencia sobre la escultura barroca española, inclinada, básicamente, a la convencional talla en madera policromada. El realismo y la penetrante desasosiego por el detalle, puestos al servicio del fervor religioso contrarreformista, son sus características elementales; las figuras en términos generales se pintan (policromía) e incluso a veces llegan a emplearse ojos de cristal, vestimentas legítimas y pelo natural.
Escultura renacentista en España
En cuanto a la escultura del Renacimiento en España, las características generales son el predominio de lo religioso con la resultante desaprobación de asuntos profanos, el gusto por lo directo, lo expresivo y el realismo, y el uso de la madera policromada, tanto para retablos como para imágenes. En el primer tercio del siglo XVI destacan en España algunos artistas italianos y algunos escultores españoles como Vasco de Zarza o Bartolomé Ordóñez, introductor del canon idealista de belleza.
La escultura del gótico tardío
La escultura gótica en el norte de Europa se mantuvo ajena al protorrenacimiento italiano. La escultura del gótico final francés se desarrolló en Borgoña. En torno al 1400 en la corte de Felipe el Atrevido en Dijon destacó la figura de Claus Sluter, que introdujo la sensibilidad realista de los Países Bajos en Francia. Renunciando a los modelos estilizados y a las afectaciones del siglo XIV, Sluter rodea a sus figuras en voluminosos plegados. En los personajes que va junton el sepulcro de Felipe el Atrevido (empezado en 1385, Museo de Bellas Artes, Dijon), ofrece un amplio repertorio de expresiones que promueven a enfatizar la evocación de tristeza y dolor. En las estatuas de los profetas que cercan el Pozo de Moisés (1395-1403, cartuja de Champmol, Dijon) transformó a los personajes del Antiguo Testamento en patriarcas flamencos, cuya representación naturalista se funde con un sentimiento de grandeza espiritual.
Difusión de la escultura gótica
A pesar de que la génesis de la escultura gótica comenzara en el norte de Francia, como ocurrió en el caso de la arquitectura, algunas de las obras más importantes se realizaron en Alemania. La escultura gótica germánica se singularizó por un fuerte expresionismo, algunas veces en el límite de la caricatura, y al mismo tiempo por una lírica belleza y delicadeza formal.
En el siglo XIII destaca la agrupación de la catedral de Bamberg, con numerosas esculturas influidas por el estilo de Reims. Entre ellas destacan la del Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre asemejante en el arte occidental desde la fase carolingia. A pesar de que la identidad del jinete no se ha corroborado, algunos apuntan la oportunidad de que se trate de Conrado II, mientras otros piensan que tan solo plasma el ideal heroico de los monarcas medievales, en este caso de la dinastía germánica. En este mismo periodo se realizaron las esculturas de la catedral de Naumburgo, especialmente las relaciones oferentes situadas en el coro, como el célebre conjunto de Ekkehard y Uta, que se han relacionado con la escultura de la catedral de Burgos (España).
Escultura gótica y naturalismo
Los convencionalismos en el tratamiento de los pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un proceso que arranca en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la catedral de París, y que despliega tras 1225 en las portadas de la catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle de París los pliegues pesados y angulosos, hondamente esculpidos en forma tubular, característicos de la escultura gótica ulterior. Paralelamente las estatuas se soltaron del soporte arquitectónico.
Escultura azteca
La escultura azteca era fundamentalmente monumental y aparecía asociada a las grandes construcciones arquitectónicas. Muy realista en su concepción, contenía un elemento simbólico y abstracto de gran relevancia relacionado con su universo religioso. Existen piezas de grandes dimensiones que representan a los dioses, los mitos, los monarcas y sus hazañas. De las obras que han acudido hasta nosotros y que se hallan en el Museo Nacional de Antropología de México destacaremos la imponente Coatlicue (diosa serpiente de la tierra), de relieve plano y repleta de símbolos; la cabeza de Coyolxauhqui (diosa de la Luna e hija de Coatlicue); la Piedra del Sol o Calendario azteca, grande bloque circular trabajado en relieve y en honor a la deidad solar Tonatiuh que algunos investigadores atribuyen al señor de la tierra Tlaltecuhtli, y la Piedra de Tizoc, grande disco que cuenta en un friso las conquistas del que fuera célebre tlatoani (emperador) de los aztecas entre 1481 y 1486.
Arte griego: la escultura durante el periodo arcaico
A lo largo del periodo arcaico, con la prolongación geográfica y financiera de la civilización griega, el crecimiento de la riqueza y los contactos con el exterior favorecieron el avance de la arquitectura y la escultura monumental. Ambas se realizaron con el mármol y la piedra caliza que abundaban en Grecia. Los templos alojaban imágenes de los dioses y se encontraban ornamentados con esculturas y pinturas. Esta última experimentó igualmente un gran desarrollo en la ornamentación de vasijas, que fueron destacadas objetos de comercio.
Escultura hindú india
A lo largo del periodo gupta sucedía igualmente el avance de la escultura hindú. Se tallaron relieves para decorar los santuarios perforados en la roca de Udayagiri, Madhya Pradesh (400-600) y los templos de Garhwal, cerca de Allahābād y Deogarh. Numerosas escuelas florecieron entre el siglo VII y el IX. A ellas pertenecen el estilo de Pallavas, de alto nivel arquitectónico, buen ejemplo del cual es la obra de Kānchipuram, Tamil Nadu; el estilo Rastrakuta, cuyas mejores muestras son un colosal relieve y el busto de tres cabezas de Siva con forma de elefante, cerca de Bombay, y el estilo Cachemira.
Escultura budista india
Con la aparición del budismo en el siglo III a.C. se desarrolla la evolución de una arquitectura monumental en piedra, que se integra con escultura en bajo y altorrelieve. La figura de Buda no se encontraba presente en el arte primitivo indio y se recurría a símbolos y a escenas de su vida, a representaciones de deidades budistas y de leyendas edificantes. En aquella etapa —como a lo largo de toda la historia de la escultura— las figuras y la ornamentación se disponían en liosas composiciones. Los monumentos más notorios de este periodo son los capiteles con formas de animales de los pilares de arenisca para los edictos del monarca Asoka, y las barandillas de mármol que cercan las stupas de Bharhut, en Madhya Pradesh, cuyos relieves parecen estar comprimidos entre la superficie y el fondo. Igualmente son notorias las puertas de la stupa de Sanchi (construida entre el siglo III a.C. y el I d.C.), cuyos relieves tienen la delicadeza y la minuciosidad del tallado en marfil.
La escultura india primitiva
La escultura prehistórica primitiva se realizaba en piedra, arcilla, marfil, cobre y oro.
En el valle del Indo, entre los restos de los edificios de ladrillo quemado de Mohenjo-Daro, han brotado objetos del III milenio a.C. entre los que hay figuras de alabastro y mármol, figurillas representando a diosas desnudas y animales en terracota y loza fina, un modelo de una carreta en cobre y muchos sellos cuadrados de marfil y loza con animales y pictografías. La similitud de estos objetos con las obras de Mesopotamia en cuanto a los asuntos y a las formas estilizadas indica la existencia de una relación entre las dos culturas y un posible origen común (véase Arte y arquitectura de Mesopotamia).
No hay pruebas de que hubiera contactos con la cultura de Oriente Próximo en la etapa védica y ulterior. A la etapa más antigua de este periodo pertenece una figurilla de oro, del siglo IX, que simboliza a una diosa, y que ha sido hallada en Lauriya Nandangarh. Entre los objetos siguientes, pertenecientes al periodo en torno al 600 a.C. hay discos de piedras pulidas y ornamentadas, y monedas que representan desemejantes tipos de animales y símbolos religiosos.